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Un grupo de clientes del bar de María José Martín, Chiqui, y de sus dos hijos.
Un menú a precio de desayuno en Huelin

Un menú a precio de desayuno en Huelin

El bar del mercado tira sus tarifas para asegurarse la clientela: primero, segundo, bebida y café o infusión por tan solo 3 euros

José Manuel Alday

Sábado, 24 de enero 2015, 01:31

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¿Un menú a 3 euros, con primero, segundo, bebida y café o infusión? ¿Dónde? En el bar del mercado de Huelin, de la mano de María José Martín, a quien todo el mundo conoce como Chiqui, y de sus hijos Adrían y Enrique. ¿Y cómo es posible? Chiqui lo cuenta mientras sirve de una enorme olla caldillo de pintarroja que su hijo Adrián reparte entre los tenderos de los puestos del mercado para que entren en calor. "Quebrándose una mucho la cabeza, pero ahí estamos. Teníamos el menú como todo el mundo, a 6 euros, pero no salían y lo bajamos porque lo principal es que la gente salga contenta". Contenta y satisfecha, porque llenar el estómago sin vaciar demasiado la cartera es algo que se agradece siempre. Tomar un gazpachuelo de primero, tortillita de camarones con ensalada de segundo, una copa de vino, pan y un café por tres euros está más que bien despachado.

Por el precio de un desayuno, un menú casi completo: la fruta está muy cara y depende de lo que haya en el mercado. "Es el único bar de Málaga con menú a este precio", se enorgullece Chiqui y asienten clientes habituales como Paqui, que dice acudir a diario a comer allí. "No me merece la pena guisar, porque aquí se come muy bien por este precio". Claro que tan buena mano para guisar le viene a Chiqui de su padre, Enrique 'El Loco', todo un personaje en Málaga al montar año tras año su chiringuito en los diferentes emplazamientos que ha tenido la feria de la ciudad y dedicarse a dar de comer a todos los trabajadores que por entonces levantaban las casetas y las atracciones.

"Estuvo cerca de 40 años siendo el primero en llegar a la feria montando el chiringuito, y yo desde jovencilla siempre he estado con él cocinando". Arroyo del Cuarto, más tarde en El Viso, después en Teatinos y por último Cotijo de Torres. Desde dos meses antes de cada feria Enrique 'El Loco' se instalaba para atender las demandas de los trabajadores que hacían posible la posterior fiesta. La Chiqui, con sus hijos, Adrián y Quique, que han formado parte del escenario en el que han desarrollado sus cortos años de vida, era el 'alma mater' del chiringuito.

Además de los trabajadores del mercado de Huelin, al bar de Chiqui acuden vecinos y gente que, según afirma su hijo Adrián, vienen incluso de otras zonas al reclamo del precio. También albañiles, como los que están trabajando en las obras de acondicionamiento del museo ruso, en las antiguas instalaciones de Tabacalera, que no faltan a la cita diaria y que dicen ir allí "por el buen precio y también por el trato". Algo de lo que se encarga Eva, una de las camareras del local que organiza las comandas a voz en grito y con mano de hierro. Con generosidad y discreción, algunos menús también tienen como destino personas en apuros a los que esta familia da de comer, que es lo que se ha dedicado a hacer desde hace décadas.

Con ingredientes frescos del mercado

"De primero solemos poner tres o cuatro platos y de segundo otros tanto o incluso más, dependiendo del día", dice Chiqui, que asegura que tiene en los puestos del mercado los mejores ingredientes para cocinar. "Los martes y los viernes tenemos gazpachuelo, que es quizás el plato que más éxito tiene, además del caldillo de pintarroja y la paella de arroz, que la servimos los miércoles y los sábados". Las combinaciones de los segundos son más variadas: tortillitas de camarones, de bacalao, cuando hay pescado del día, pues pescado, ya sean boquerones, calamares, etcétera, también hay hamburguesa, huevos con papas..."

Un trabajo que para ellos empieza bien temprano, "a las 5,30 de la mañana abrimos el bar mi hermana y yo, porque a esa hora ya hay muchas personas en el muelle del mercado y les damos de desayunar", y que terminan después de poner treinta o cuarenta menús, "según el día", procurando, eso sí, que "todo el mundo salga contento".

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