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Manuel Cortés muestra algunas placas en su casa.
Una vida dedicada a las peñas

Una vida dedicada a las peñas

La Federación distingue esta noche a Manuel Cortés, uno de sus fundadores y creador del colectivo de Miraflores de los Ángeles

Juan Soto

Viernes, 21 de noviembre 2014, 01:19

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Han tenido que pasar 17 años para que Manuel Cortés reciba el reconocimiento de los suyos. A sus 84 años, el primer presidente de la peña Miraflores de los Ángeles y uno de los socios fundadores de la actual Federación Malagueña de Peñas, recibirá hoy un homenaje que pondrá la guinda a toda una vida dedicada al colectivo. Durante la celebración del 33.º aniversario de la fundación recibirá el escudo de oro por su trayectoria profesional. Será en un evento celebrado en el restaurante Pórtico de Velázquez y en el que también se distinguirá al presidente de la Diputación Provincial, Elías Bendodo, con el premio Malagueño de Pura Cepa.

Asus 84 años, el premiado aún no termina de creerse el reconocimiento que le van a hacer. «Estoy muy emocionado y agradecido, porque desde que dejé de ser presidente de la peña me he alejado de todo el colectivo», confiesa. Horas antes de recoger el galardón, recuerda que los inicios no fueron sencillos, aunque también han disfrutado de muy buenos momentos. De hecho, con los miembros de su peña han estado en numerosas ciudades europeas y de Estados Unidos.

Manuel Cortés recuerda que todo empezó en el año 1971 cuando se mudó a vivir con su familia a Miraflores de los Ángeles. «Una noche, cuando tomábamos algo en el bar Pepe El Loco, decidimos montar la peña y hasta hoy». Todo sucedió muy rápido y al año siguiente, tras la celebración de la feria, acordaron crear la federación que inicialmente fue la Agrupación de Peñas. «La creamos para hablar de la feria, que era nuestro principal motivo de preocupación, ya que nos daban el peor sitio y no nos concedían ayudas».

Relata que en su peña también fue en donde comenzó el carnaval. Allí se creó la murga Los maoma sin h que a la postre consiguió recuperar la ilusión por la fiesta. «En el año 81 pagué 60.000 pesetas por alquilar el teatro Cervantes para las actuaciones. Allí metí a las niñas del grupo de baile, a la banda de música de Miraflores y a cuatro grupos de carnaval», resume. Una afición que también le valió para recibir hace unos años el antifaz de oro que entregan las agrupaciones de canto del Carnaval.

Sobre la situación actual de las peñas, entiende que necesitan un nuevo empujón, ya que «antes tenían mucho más ambiente». Por eso considera que eventos como el de esta noche son muy importantes para unir al colectivo en una época «en la que la crisis está afectando mucho».

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