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Amenaza a sus vecinos con cuchillos, catanas y gasolina y se atrinchera después en casa

La policía entró en el piso, situado en Camino de Suárez, y detuvo al individuo junto a dos latas que desprendían olor a gasolina, tres mecheros y un bote de spray de pintura

PPLL

Lunes, 28 de julio 2014, 12:19

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Los vecinos se llevaron un buen susto. Los hechos tuvieron lugar sobre las 18:00 horas de la tarde del lunes 30 de junio en un bloque situado en Camino Suárez, cuando, al parecer, un individuo -ahora detenido-, que vivía de alquiler en un primero, comenzó a pasearse por el bloque portando cuchillos y dos catanas, a la vez que, presuntamente, intimidaba y amenazaba a varios vecinos, llegando, en un momento dado, a verter líquido inflamable, al parecer gasolina, por debajo de la puerta de uno de ellos, con la presunta intención de prenderle fuego.

Agentes pertenecientes al Grupo Operativo de Apoyo (GOA) y la Unidad Canina de la Policía Local de Málaga y del Cuerpo Nacional de Policía han llevado a cabo una intervención conjunta en la que han detenido a un individuo de nacionalidad marroquí y 38 años de edad como presunto autor de los delitos de amenazas y quebrantamiento de condena, además de constarle vigente una orden de búsqueda, detención e ingreso en prisión motivada por un delito de lesiones.

Los primeros en acudir al lugar fue la patrulla de policías nacionales, que se encontraban por la zona, pudiendo observar a su llegada al individuo portando una lata, el cual, al percatarse de la presencia policial, se refugió rápidamente en su domicilio y cerró la puerta del mismo, haciendo caso omiso a todos los llamamientos para que abriese la puerta y saliera del inmueble.

Instantes después se personaron en el lugar dos dotaciones de la Policía Local de Málaga, tratándose concretamente de dos agentes de la Unidad Canina con sus perros guía, y otros cinco policías locales del GOA.

Quebrantamiento de condena

Tras entrevistarse con varios vecinos, estos manifestaron que no se trataba de la primera ocasión en la que el individuo hacía algo similar, constándole incluso una orden de alejamiento en vigor hacía los vecinos en cuya puerta estaba rociando la gasolina, donde además había un algodón impregnado en combustible, comprobando los policías que efectivamente tenía prohibido comunicarse por cualquier medio con el mismo desde febrero del año en curso, siendo el motivo por amenazas.

Atrincherado en casa

Asimismo, los agentes comprobaron que al individuo le constaba una orden de búsqueda, detención e ingreso en prisión provinente de un juzgado de Málaga, por motivo de un delito de lesiones, con fecha de junio de 2014.

Tras llamar de forma insistente a la puerta de la vivienda en el que se había encerrado el individuo, los agentes realizaron las gestiones oportunas encaminadas a determinar la propiedad de la misma, contactando telefónicamente tanto con el dueño, como con un tercero al que éste se la había arrendado, el cual reconoció compartirla con el individuo, acudiendo al lugar y facilitando las llaves a los agentes tras ser informado de los hechos.

Ante las manifestaciones y el temor que presentaban los vecinos por las amenazas del detenido, el fuerte olor a gasolina y los indicios existentes de que pudiera provocar un incendio de graves consecuencias, la orden de ingreso en prisión que tenía vigente, así como con el fin de evitar que pudiese ocasionar cualquier tipo de daño al resto de inquilinos o autolesionarse, los agentes accedieron al domicilio haciendo uso de las llaves aportadas.

Una vez abierta la cerradura, los policías comprobaron que también había echado el pestillo, por lo que se vieron obligados a emplear los medios precisos para abrirla por la fuerza, localizando al individuo en el interior y procediendo de inmediato a su detención.

Junto al mismo, los policías localizaron dos latas pequeñas vacías que desprendían olor a gasolina, un bote de spray de pintura y tres mecheros.

Puesto a disposición judicial

Tras ser detenido, el individuo fue trasladado a dependencias policiales, para, posteriormente, ser puesto a disposición judicial.

En cuanto al piso, quedó perfectamente cerrado en presencia del arrendatario del mismo, al que se le hizo nuevamente entrega de las llaves.

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