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Trabajadores de ArcelorMittal, ayer durante la manifestación que recorrió las calles de Marsella en protesta por la reforma laboral de Macron. :: ANNE-CHRISTINE POUJOULAT / AFP
Macron se estrena  frente a los sindicatos

Macron se estrena frente a los sindicatos

La primera protesta contra su reforma laboral tuvo menos respuesta en la calle que la norma de Hollande

FERNANDO ITURRIBARRÍA

Miércoles, 13 de septiembre 2017, 00:26

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parís. El presidente francés, Emmanuel Macron, afrontó ayer la primera jornada de movilización sindical desde que en mayo llegó al poder decidido a sacar adelante por decreto la reforma laboral prometida en su programa de liberalización de la economía francesa. El eco de la protesta, menor que el encontrado por el socialista François Hollande en su revisión del mercado de trabajo, se resintió de la desunión entre las centrales mayoritarias, divididas por las respuestas a un texto que todas critican.

La jornada de manifestaciones y paros, que afectaron a los sectores de los transportes, la energía, la sanidad y la educación, fue convocada por la CGT, segundo de los tres principales sindicatos del país, junto a otras centrales con menor implantación como Solidaires o FSU además de la estudiantil Unef. La CFDT, mayoritaria en el sector privado, y Fuerza Obrera (FO), influyente entre los funcionarios, no se sumaron oficialmente a la protesta aunque algunas secciones se desmarcaron de la posición crítica pero no participativa de sus direcciones y sí la secundaron.

El secretario general de la CGT, Philippe Martinez, advirtió que el día de lucha no fue más que la primera etapa de una movilización que tendrá continuidad el próximo jueves, víspera de la prevista aprobación por el Consejo de Ministros de los decretos de una reforma «que da los plenos poderes a la patronal». Según los organizadores de la protesta, la manifestación de París reunió a 60.000 personas, menos que las 100.000 reivindicadas el 9 de marzo de 2016 en la primera movilización contra la reforma laboral del anterior Gobierno socialista cuando FO formaba parte del frente sindical contestatario.

La participación también fue menor según los cálculos de la Prefectura de París que contabilizó 24.000 manifestantes frente a los 27.000 a 29.000 estimados entonces. En el cortejo desfilaron personalidades políticas como Benoît Hamon, excandidato socialista al Elíseo, o Pierre Laurent, secretario nacional del Partido Comunista.

En París la policía practicó varias detenciones por los incidentes provocados por grupos radicales que intercambiaron lanzamientos de proyectiles y gases lacrimógenos con las fuerzas antidisturbios. También se produjeron enfrentamientos aislados en Lyon, Nantes y Marsella, ciudad esta última en la que se manifestó Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa. «Macron ha querido este pulso y a nosotros nos corresponde aceptar el desafío», declaró el diputado de la izquierda radical, quien llamó a participar en la manifestación convocada por su partido en París el día 23, al día siguiente de la adopción de la reforma por el Gobierno.

Macron ya avisó el viernes que no tiene intención de ceder a «los holgazanes, los cínicos y los extremos», declaración que echó leña al fuego de la protesta e inspiró lemas y consignas. «Los vagos están en marcha», se pudo leer en pancartas alusivas al nombre del partido del presidente, que goza de mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.

La ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud, opinó que «en Francia estamos maduros para inventar una 'flexiseguridad' a la francesa». «Aguantaremos», proclamó su colega de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, aunque reconoció que «los resultados tardaran en llegar por lo que llamo a la serenidad, la constancia y la determinación». El Gobierno tiene en cartera para los próximos meses otras reformas sociales importantes que afectan al seguro de paro, el aprendizaje, la formación profesional y las pensiones.

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