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Nuria Triguero
Sábado, 25 de junio 2016, 00:34
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Una de cada diez viviendas que se venden en la provincia tiene como comprador a un ciudadano del Reino Unido. Los británicos tradicionalmente han encabezado la demanda extranjera de vivienda en la Costa del Sol y, una vez superado el bache que representaron los peores años de la crisis de 2009 a 2012, su apetito por hacerse con una residencia vacacional ha resurgido con fuerza, convirtiéndose, de hecho, en uno de los principales puntales de la recuperación del mercado inmobiliario en la zona. De ahí que el Brexit haya sentado como un jarro de agua fría sobre los promotores malagueños, que temen que la devaluación de la libra frente al euro merme el poder adquisitivo de los británicos hasta el punto de que no puedan permitirse comprar una vivienda en la Costa del Sol, e incluso de que tengan que ponerla a la venta los que ya la tienen. Hay que tener en cuenta que ha sido precisamente la revalorización de la libra lo que ha impulsado en los últimos años la compra de casas en España por ciudadanos de Reino Unido.
Según los datos suministrados por el Colegio de Notarios y recogidos en un informe de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga, en el año 2014 los británicos compraron 2.399 viviendas en la provincia, que representaron el 20% de la demanda extranjera casi el doble que la siguiente nacionalidad, la sueca y el 10,7% de todas las viviendas que se vendieron ese año en Málaga.
Para Violeta Aragón, secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga, el inesperado resultado del referéndum genera «incertidumbre y preocupación, como en todos los sectores y también entre los propios ciudadanos británicos». «El problema no es tanto que con la salida del Reino Unido de la Unión Europea se requieran más trámites burocráticos para comprar viviendas; creemos que eso no influirá en la decisión de compra, como tampoco el tema de la sanidad, ya que se establecerá un acuerdo bilateral. Pero sí es clave la pérdida de capacidad adquisitiva. Habrá que ver cómo evoluciona el cambio libra-euro para ver si pueden seguir siendo nuestros principales compradores», explica.
Si la devaluación es abrupta y los británicos dejan de comprar casas en la Costa del Sol de forma radical «será un problema» para la consolidación de la recuperación del mercado inmobiliario, reconoce Aragón. «Esperamos que ese corte radical no se produzca, ya que va a haber al menos dos años de transición», apunta Aragón.
El huracán Brexit también puede afectar a la actividad de los fondos de inversión británicos que hasta ahora están especialmente activos en la Costa del Sol, impulsando junto a promotores locales nuevos proyectos y reactivando el mercado de suelo.
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