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MIKEL AYESTARAN CORRESPONSAL
JERUSALÉN
Viernes, 18 de agosto 2017, 01:09
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La religión ha logrado lo que la diplomacia ha sido incapaz de hacer en los últimos meses y Arabia Saudí reabrirá su frontera terrestre con Catar para que los fieles del pequeño reino puedan peregrinar a la Meca con motivo del Hajj, la peregrinación que todo musulmán debe realizar a la ciudad santa al menos una vez en su vida, según el Corán. Las autoridades de Doha celebraron la decisión de sus vecinos del sur, que desde el 5 de junio lideran un bloqueo bajo la acusación de que Catar promueve el terrorismo en Oriente Próximo.
El Hajj ha sentado en la misma mesa a los dirigentes de ambos países y ha servido para destensar la crisis más grave que se recuerda en el Golfo. El ministro de Exteriores catarí, Mohamed bin Abdulrahman al-Thani, destacó que «este es un paso más para acabar con el bloqueo impuesto contra nuestro país», en el que junto a Arabia Saudí, toman parte Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto.
La decisión saudí la hizo pública la agencia oficial del reino en la noche del miércoles tras un encuentro entre el heredero al trono y auténtico hombre fuerte de la corona, el joven príncipe Mohamed Bin Salman, y el jeque catarí Abdula Bin Jassim al-Thani. Según la nota oficial, el paso de Salwa se reabrirá para peregrinos, que no necesitarán ningún tipo de permiso especial para poder cruzar y cuyos gastos correrán a cuenta del rey Salman.
El monarca también ha ordenado el envío de aviones privados a Doha para que aquellos que no viajen por tierra, lo hagan por vía aérea. La agencia oficial remarcó que la casa real saudí asumirá todos los gastos de los fieles. Una medida que trata de acallar las acusaciones en los días previos por parte de las autoridades de Doha sobre el uso político del Hajj por parte de los Al-Saud.
Catar hace frente al bloqueo gracias al apoyo turco o iraní, que mantienen puentes aéreos para el envío de alimentos, pero, sobre todo, Doha tiene el respaldo de EE UU, que mantiene allí su principal base en Oriente Próximo.
Junto a los cataríes, los iraníes acudirán también a la Meca después de dos años de boicot y en medio de la tensión que existe entre Teherán y Riad, potencias chií y suní de la región, respectivamente. La cita religiosa, que sirve para que los fieles recuerden que todos son iguales ante los ojos de Alá, arranca el día 30 y concluye el 4 de septiembre.
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