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Una bandera de la UE ondea junto al Parlamento británico en Londres. :: Daniel LEAL-OLIVAS / afp
Europa prueba la receta preferida de Theresa May

Europa prueba la receta preferida de Theresa May

La única vía coherente con el 'Brexit' es que Reino Unido abandone la UE sin acuerdo, pero los cautos todavía frenan a los puritanos

ÍÑIGO GURRUCHAGA

LONDRES.

Domingo, 10 de diciembre 2017, 00:19

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'The Times' saludaba el acuerdo de Bruselas como «el resurgimiento de May». 'The Financial Times' lo matizaba: «El triunfo de May es mitigado por la advertencia de Tusk de que se avecinan decisiones difíciles». La lírica la puso 'The Daily Telegraph', propiedad de dos hermanos que se guarecen del fisco en una islita del Canal de la Mancha. Los derechos de residentes europeos o los miles de millones euros de la factura son, para el 'Telegraph', «el precio de la libertad».

Todos dan por descontado que el Consejo Europeo de esta semana confirmará el veredicto de la Comisión y que en marzo se acordarán las modalidades de un periodo de transición en el que Reino Unido seguirá siendo a todos los efectos -salvo el de perder su asiento en el Consejo- miembro de la UE. Y que desde marzo a otoño los negociadores se afanarán en definir las líneas generales de una nueva relación comercial y de cooperación.

Theresa May ha decidido que este es el momento adecuado para que, por primera vez, el Gabinete británico discuta qué quiere en el 'brexit'. El día 19, entusiastas como Boris Johnson, ministro de Exteriores; Michael Gove, de Agricultura y Pesca; o Liam Fox, de Comercio Internacional; debatirán con el escéptico Philip Hammond, responsable del Tesoro, que en el último presupuesto ya les ha recortado drásticamente los fondos de sus ministerios, tan importantes para el prometido resurgir nacional.

Se sentarán en torno a la mesa del 10 de Downing Street con la tarea ya limitada por la primera ministra. Ella y su entonces asesor, Nick Timothy, decidieron a solas, en enero, que, cuando decían que «'brexit' significa 'brexit'», significaba que la marcha de la UE incluye la del mercado común y de la unión aduanera. Cuando tal interpretación fue votada -en el programa electoral de las elecciones de junio-, el Partido Conservador perdió su mayoría parlamentaria.

Para paliar las consecuencias de la catastrófica campaña de May, su formación se apoya en un Partido Unionista Democrático que ha abrazado esa versión del 'brexit' sin haber incluido ninguna de esas dos ideas ni en su literatura durante el referéndum de 2016 ni en el programa de junio. ¿Mala gobernación? Quizás. El Ministerio para la Marcha de la UE publicó en noviembre su organigrama, con la posición de director de Estrategia vacante.

El ministro responsable del 'brexit', David Davis, dijo en sus primeros días que Reino Unido obtendría una relación con la UE de los 27 que incluirá «los mismos exactos beneficios» que la pertenencia a la Unión. Ahora, aparentemente desganado, ha matizado que era una ambición. May persiste y no quiere ninguno de los modelos de relación que la UE le ofrece -Asociación de Libre Comercio como Canadá, Ucrania...-, porque aspira a algo único y más profundo.

Solución Cornualles

El acuerdo del viernes sobre Irlanda ha alarmado a los creyentes del 'brexit', porque no tener frontera en la isla y descartar diferentes regulaciones entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido lleva a una unión aduanera. Quienes creen que la marcha de la UE debe incluir la libertad de negociar acuerdos comerciales con otros países, porque es lo único que le da sentido, sospechan de las intenciones de «la Señora Suave», titular del 'Mirror' sobre el acuerdo de May. La división del Gabinete se funda en la ambición y más vagamente en una disputa sobre los modelos matemáticos utilizados para calcular los efectos del comercio. Los de la London School of Economics, del Tesoro o de la OCDE predicen una caída de casi el 3% de las rentas de los británicos sin un acuerdo con la UE.

Usan modelos con 'gravity', que incluyen factores como vecindad, regulaciones o cadenas de producción. El más laborioso entre los 'Economistas por el 'brexit', Patrick Minford, de la Universidad de Cardiff, se concentra en los aranceles. Según el modelo de Minford, los precios de los alimentos descenderían un 10% y la economía tendría un impulso de 150.000 millones de euros si, tras apartarse de la UE, Reino Unido sigue las reglas de la Organización Mundial de Comercio y elimina unilateralmente todos sus aranceles. La industria y la agricultura británicas serían diezmadas, pero Reino Unido enarbolaría el liderazgo del libre comercio en un mundo que recula hacia el proteccionismo, como proponen los influyentes expertos del Legathum Institute.

Gus O'Donnell fue hombre de confianza y jefe economista del Tesoro con John Major y el secretario de los gabinetes de Tony Blair, Gordon Brown y David Cameron. Lo llamaban GOD por sus iniciales, Dios en la traducción. En una charla a estudiantes del University College London, afirmó la pasada semana que el 'brexit' se encamina hacia 'la solución Cornualles'. En esa región del sudoeste es típico un dulce, 'fudge', producto de revolver melaza y crema, calentar y enfriar. Es sinónimo de equívoco o confusión. Quizá también de chapuza. Es, por el momento, la receta preferida de la primera ministra.

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