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Musulmana deja su empleo en la Casa Blanca en protesta por veto migratorio

«Algunos de mis colegas y líderes de la comunidad me animaron a quedarme», reconoce la trabajadora

EFE

Viernes, 24 de febrero 2017, 00:33

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Rumana Ahmed, una joven musulmana que trabajaba en el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca, duró sólo ocho días en el trabajo desde que Donald Trump empezó su mandato, pues se marchó en protesta por el veto de entrada impuesto por el presidente a siete países de mayoría musulmana. En una carta abierta que hoy hizo pública en The Atlantic, la propia Ahmed relató su experiencia, como mujer que porta el hiyab (velo musulmán), durante la primera semana de presidencia del magnate, tras seis años de trabajo bajo el mandato del presidente Barack Obama.

La firma de Trump de la orden ejecutiva que prohibía la entrada a EE UU a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, bloqueada en los tribunales, y la "centralización de la toma de decisiones" en el NSC precipitaron su salida de la Casa Blanca. En 2011, fue becaria en la residencia presidencial; un año después, tras graduarse de la universidad, empezó a trabajar con comunidades, entre ellas la musulmana, en la Oficina de Participación Pública; y en 2014 comenzó en el NSC.

Ahmed reflexionó sobre su continuidad en el Gobierno de EEUU tras los duros comentarios de Trump contra los musulmanes durante la campaña electoral, el aumento de los ataques islamófobos y su posterior victoria electoral, pero tuvo la opción de quedarse al no tratarse de un puesto de designación política. "Algunos de mis colegas y líderes de la comunidad me animaron a quedarme, mientras que otros expresaron su preocupación por mi seguridad. Optimista con cautela y sintiendo la responsabilidad de tratar de ayudar a continuar con nuestro trabajo y ser escuchados, decidí que el NSC de Trump podría ganar con una patriota musulmana de color y con hiyab", aseguró.

Sin embargo, el veto de entrada al país del presidente a siete países de mayoría musulmanes fue el punto de inflexión en el que la hasta entonces asesora de seguridad no podía continuar trabajando para un Gobierno que la consideraba a ella y otros "no como conciudadanos, sino como una amenaza". El pasado 27 de enero, Trump firmó un decreto ley que suspendía el ingreso en EE UU de todos los refugiados durante 120 días, así como la concesión durante 90 días de visados a Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán hasta que se establecieran nuevos mecanismos de vigilancia más estrictos.

La autora de la carta, cuyos padres emigraron a Estados Unidos desde Bangladesh en 1978, sintió entonces una "falta de guía clara", lo que aseguró que causaba "frustración" y "desconfianza" entre los funcionarios que no eran de designación política. "Toda la estructura de apoyo presidencial de la seguridad nacional no partidista y de los expertos legales en la Casa Blanca y en las agencias federales estaba siendo socavada. La autoridad de toma de decisiones ahora estaba centralizada en unos pocos en el ala oeste", explicó Ahmed.

Pese a pensar que podría ayudar a Trump a matizar su visión del islam y de los ciudadanos musulmanes de EE UU, Ahmed reconoció que los ocho días que pasó en la Casa Blanca durante su mandato fueron "extraños, espantosos y perturbadores". "La historia estadounidense siempre tuvo tropiezos, lo que demuestra que la nación sólo se hace más próspera y resistente a través de la lucha, la compasión y la inclusión", concluyó.

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