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La máxima expresión del poder

El futuro Gobierno de EE UU concentra el mayor número de multimillonarios que se recuerde

MERCEDES GALLEGO

Domingo, 11 de diciembre 2016, 00:57

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nueva york. La frase es de la poetisa Maya Angelou, pero Hillary Clinton la adoptó durante la campaña: «Cuando alguien te muestre quién es, créele». En los días que siguieron a la conmoción de ver a Donald Trump convertido en presidente, muchos quisieron pensar que había dado por finalizadas las arengas de campaña y ya no sería el atorrante que habían visto. «Es hora de unirnos, republicanos, demócratas e independientes de todo el país», recitó del teleprompter con un ánimo conciliatorio que se le desconocía. «Prometo a cada ciudadano de esta tierra que seré el presidente de todos, y eso es importante para mí».

Con esas palabras logró apaciguar los mercados y las protestas de la calle. A quienes no vieron venir su victoria se les oía decir que no sería tan malo como parecía. De las cinco etapas que la psiquiatra Elizabeth Kubler-Ross identificó en el duelo -negación, ira, negociación, depresión y aceptación-, el propio Barack Obama parecía haberse quedado en la primera. «Creo que llega al gobierno con menos recetas políticas fijadas que muchos presidentes», tranquilizó. «No es un ideólogo, sino un pragmático, y eso puede servirle bien, mientras tenga buena gente alrededor y un claro sentido de la dirección».

Trump lo tiene más claro de lo que Obama pensaba. El presidente tenía razón al decir que su sucesor no es un ideólogo político, pero erraba al creer que a los 70 años no tiene marcado quién es y lo que quiere hacer. Su faro, además, es uno de los políticos más ultraconservadores del país, el ahora vicepresidente Mike Pence, que apoyó a Ted Cruz durante las primarias e impuso en su Estado de Indiana la única ley del país que puede encarcelar a homosexuales sólo por solicitar una licencia de matrimonio.

De este nuevo Dick Cheney se cree que procede la inspiración para los 13 nombramientos ultraconservadores que ha hecho en apenas un mes, después de entrevistar por la puerta giratoria de la Torre Trump a más de 80 candidatos ante la expectación de las cámaras. El último de ellos, según adelantó ayer NBC News y está pendiente de confirmación, podría ser Rex Tillerson, consejero delegado de la multinacional energética estadounidense ExxonMobil, para el cargo de secretario de Estado.

El equipo de Trump presume de que este presidente está nombrando su gabinete al paso más rápido de los últimos 40 años, los únicos de los que se guarda registro. La revista 'Rolling Stone' lo llama «el gabinete de los horrores», repleto de multimillonarios y generales retirados de cuatro estrellas por los que Trump, que fue cadete en la Academia Militar, siente debilidad.

«¡Saben ganar dinero!»

Nunca antes en la historia se han juntado tantos generales en el poder ni tantos donantes del presidente. Seis de las carteras adjudicadas han ido a individuos que, ellos o sus familias, han donado conjuntamente a la campaña de Trump o al Partido Republicano 11,6 millones de dólares (10,9 millones de euros), según un análisis de 'The Washington Post'. «En el pasado se les escondía un poco, se les mandaba de embajador a ultramar, pero en este gobierno van a estar delante y al frente decidiendo las políticas», explicó al rotativo David Donnelly, presidente del grupo Every Voice que denuncia la influencia de los grandes donantes.

Trump no tiene reparos en aceptar que está llenando su gobierno de multimillonarios como él. «¡Son los que saben ganar dinero!», dijo la semana pasada a sus seguidores de Iowa. «Quiero a gente que haya ganado una fortuna, porque ahora están negociando por vosotros, ¿lo entendéis?». Bajo los criterios de Trump, que prometió formar «el mejor gobierno de todos los tiempos», la experiencia en el cargo no es necesaria, pero al parecer sí el antagonismo con esa cartera de gobierno y, a menudo, un absoluto desprecio por la misión que se le supone. Uno de los nominados, el fiscal general de Oklahoma Scott Pruitt, ha llegado a demandar a la agencia que ahora dirigirá en al menos dos ocasiones. El nuevo director de la Agencia Medioambiental niega el cambio climático y trabaja en favor de las petroleras.

Como tampoco el secretario de Trabajo negociará en pro de los trabajadores, porque según su criterio de consejero delegado de una cadena de comida basura, la mejor forma para garantizar sus empleos es bajarles aún más los salarios. Él, sin embargo, ganó en 2012 unas 300 veces más que el empleado medio, o sea, 4,2 millones de euros. Su propuesta es reemplazarlos por máquinas «que no se enferman, no cogen bajas, no llegan tarde, ni ponen demandas por discriminación sexual».

Suena a burla, pero no lo es. Al frente de la Administración de Pequeñas Empresas habrá otra multimillonaria, Linda McMahon, cuya fortuna se estima en 1.500 millones de euros. Su 'pequeño negocio' es la Liga de Lucha Libre Profesional. Sus credenciales, ser la mayor donante de la Fundación Trump.

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