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Transeúntes pasan frente a una pantalla gigante que describe la trayectoria del misil norcoreano en Tokio. :: Issei Kato / reuters
Kim divide a las grandes potencias

Kim divide a las grandes potencias

Washington exige a China y Rusia una actitud más activa para contener a Pyongyang, que ayer lanzó otro misil

CAROLINE CONEJERO

NUEVA YORK

Sábado, 16 de septiembre 2017, 00:24

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El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, instó a China y Rusia a poner en marcha sus propias medidas contra Corea del Norte después de que este país lanzara ayer su segundo misil balístico sobre Japón en menos de un mes.

Tillerson sugirió que la solución a la crisis de misiles depende ahora de China y Rusia por ser los grandes proveedores de petróleo al régimen de Kim Jong-un y estar en mejor posición para presionar y mostrar su intolerancia contra el temerario lanzamiento de misiles por parte de Pyongyang.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó y volvió a instar a Corea del Norte a cesar las pruebas nucleares y a negociar. Por su parte el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en reunión de emergencia ayer conminó a la comunidad internacional a tomar nuevas medidas contra Corea del Norte, que hace apenas una semana probó una bomba de hidrógeno. Se espera que el presidente Trump hable de la crisis en su discurso ante la Asamblea General el próximo martes.

El misil de rango intermedio lanzado ayer recorrió una distancia mayor que ningún otro antes disparado por Corea del Norte y activó alertas y sirenas minutos antes de sobrevolar la isla japonesa de Hokkaido. Acto seguido y en respuesta al lanzamiento de Pyongyang, Corea del Sur lanzó dos misiles en su propia demostración de poder balístico al régimen del norte.

El lanzamiento de Pyongyang fue un desafío contra el nuevo paquete de sanciones impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU hace apenas unos días, que prohíbe la exportación textil y recorta el suministro de petróleo al país. Corea del Norte, que amenazó con «hundir Japón» y reducir EE UU «a cenizas y a la oscuridad», ha venido ejerciendo presión sobre el Gobierno de Tokio por su apoyo a las sanciones internacionales.

Reto a la seguridad global

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, que tuvo una reunión de emergencia con su consejo nacional de seguridad, señaló que el nuevo lanzamiento de un misil es un serio y grave reto a la seguridad global e instó al régimen de Pyongyang a parar de inmediato las provocaciones temerarias y a tomar el camino del diálogo y la desnuclearización lo antes posible. Corea del Norte debe comprender que la única manera de garantizar la seguridad y el desarrollo económico para el país -dijo Moon Jae-in- pasa por el abandono de la carrera de misiles y del poder nuclear.

El último cohete de Corea del Norte, un Hwasong-12 lanzado desde Sunan, el aeropuerto internacional de Pyongyang, es similar al lanzado el 19 de agosto sobre la isla de Hokkaido, y recorrió una trayectoria similar, aunque con una altura (770 kilómetros) y alcance (3.700) superiores. Las fuerzas de autodefensa de Japón no hicieron ningún intento para destruir el misil y no se reportaron daños de la caída de los restos tras autoexplosionar en el mar.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, que califico el lanzamiento como «absolutamente inaceptable», señaló que las nuevas sanciones contra Corea del Norte muestran la firme voluntad de la comunidad internacional por encontrar una solución pacifica a la crisis. Abe conminó a continuar unidos contra la amenaza a la paz internacional para hacer entender a Corea del Norte que no tendrá un futuro brillante de seguir por este camino.

Pekín se defiende

China, por su parte, reprobó el lanzamiento y volvió a insistir que la diplomacia es el único camino para salir del la crisis. La portavoz del Ministerio de Asunto Exteriores, Hua Chunying, señalo que la prioridad es prevenir actos provocativos, y rechazó la idea de que China sea la llave para resolver la crisis ni tampoco la razón detrás del agarvamiento de la situación. Sugiriendo que no tomará más medidas en la crisis, Hua añadió que el país ha hecho ya grandes sacrificios y ha pagado un gran precio para contener a Pyongyang y que nadie puede cuestionar la voluntad y los esfuerzos chinos por cumplir con sus responsabilidades internacionales.

El secretario de Defensa norteamericano, James Mattis, señaló que no quería hablar todavía de respuesta militar y que el presidente había sido informado de los detalles del lanzamiento. El mando militar americano, que finalmente reconoció que la última prueba nuclear de Corea del Norte fue una bomba de hidrógeno, señaló que el nuevo lanzamiento es un intento de demostrar que Pyongyang tiene capacidad de alcanzar Guam, un territorio norteamericano con importantes instalaciones militares.

Aun así, el mando militar estima que ante un potencial ataque habría una serie de variables en juego que afectarían los cálculos de Corea del Norte.

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