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MARCELA VALENTE
BUENOS AIRES.
Jueves, 29 de marzo 2018, 00:07
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Un nuevo episodio de violencia política conmociona a Brasil. A diez días del brutal asesinato de una concejal de Río de Janeiro, la caravana que trasladaba al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva por el estado de Paraná fue ayer tiroteada. «Quieren matarle», denunció la senadora Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) y parte de la comitiva.
Periodistas que viajaban en el autobús atacado relataron que en la noche del martes sintieron impactos, pero creyeron que eran piedras. Más adelante el vehículo debió detenerse al pincharse un neumático con clavos colocados en la carretera. Fue entonces cuando se detectaron los impactos de las balas.
La caravana de tres autobuses recorrió diferentes estados del sur del país durante nueve días. En cada ciudad, Lula y otros dirigentes del PT realizaron actos políticos. Pero a diferencia de otras giras que encabezó el exmandatario por estados del Nordeste, Río de Janeiro o Minas Gerais, este convoy fue blanco de ataques casi a diario.
En las distintas localidades decenas de manifestantes insultaron y lanzaron huevos o piedras contra los vehículos, rompiendo dos parabrisas. También fueron desplazados tractores a los sitios que Lula visitaba para amedrentar a los simpatizantes y se golpeó a varias mujeres que asistieron a uno de los actos.
«Esta caravana es perseguida por fascistas», denunció Lula, que viajaba en un vehículo diferente al tiroteado. «Queremos recorrer Brasil para discutir los problemas y esto nos motiva mucho más. Si creen que así van a acabar con mi disposición a luchar están equivocados», indicó.
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