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Camboyanos hacen fila para entrar a la cámara de las Cortes de Camboya en Phnom Penh. /
El racismo de los Jemeres Rojos

El racismo de los Jemeres Rojos

Dos destacados miembros del régimen de 'Kampuchea Democrática' se enfrentan a la justicia por genocidio contra las minorías religiosas y étnicas del país

CRISTINA VEGANZONES

Sábado, 2 de agosto 2014, 07:23

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El segundo juicio contra el sanguinario régimen de los Jemeres Rojos que sembró el terror en Camboya entre el año 1975 y 1979 ha tenido lugar esta semana. Se trata de una pieza desgajada de la causa principal, que ya se celebró el año pasado, cuando se produjo el juicio por el genocidio que perpetró este régimen de la 'Kampuchea Democrática' en el país del sureste asiático. Las personas sentadas esta vez en el banquillo de los acusados eran el número dos del régimen de Pol Pot, Nuon Chea, de 88 años, y el jefe de Estado de entonces, Khiey Samphan, de 83 años, dos de los más altos responsables Jemeres Rojos aún vivos, por los crímenes de exterminio provocados tanto a las minoría étnica vietnamita como a la musulmana 'Cham'.

Un sistema de gobierno totalitario bajo la apariencia de una república popular maoísta con una exaltación radical del campesinado que llevó a la evacuación y destrucción de ciudades enteras, así como de la cultura urbana considerada burguesa; un régimen sustentado en un férreo control militar y civil para la eliminación absoluta del enemigo interno que llevó al genocidio de una cuarta parte de la población, lo que supuso la liquidación de dos millones de los siete camboyanos presentes entonces; un país instaurado en un sistema económico exclusivamente agrario y sostenido por millones de camboyanos hacinados en los campos de trabajo forzado o 'de la muerte'. Sin embargo, fue la ideología del anticolonialismo y del nacionalismo extremo la que condujo al exterminio de los vietnamitas y musulmanes de la etnia cham bajo el inmenso racismo de los dirigentes del régimen de los Jemeres Rojos y de la propia población camboyana. Se calcula que 20.000 vietnamitas y entre 100.000 y 500.000 musulmanes camboyanos de los 70.000 que vivían entonces fueron asesinados bajo las órdenes de Nuon Chea y Khiey Samphan, entre otros dirigentes Jemeres.

En mayo de 1975 las tropas del Ejército Revolucionario de Kampuchea invadieron territorio vietnamita y perpetraron la matanza 500 civiles en la aldea de Tho Chu. En 1977 otros 1.000 civiles vietnamitas fueron asesinados en la provincia de Tay Ninh. Pero la masacre más terrorífica de todas fue la que ejecutaron los Jemeres Rojos en la aldea de Ba Chuc. Sólo dos de los habitantes de la misma consiguieron sobrevivir de los más de 3.000 habitantes que vivían en ella. Esta masacre fue el desencadene de la invasión militar de Camboya por parte de Vietnam el 7 de enero de 1979 y que supondría el fin del régimen, la 'liberación de los camboyanos', así como la vuelta de los Jemeres Rojos a su estatus de guerrilla revolucionaria que se retiró al oeste del país.

Sin embargo, las minorías vietnamitas y musulmanas no fueron las únicas perseguidas por el régimen de Pol Pot. Budistas y católicos también sufrieron la pretensión de los Jemeres Rojos de eliminar las religiones y el propósito de crear una sociedad igualitaria donde cualquier atisbo de diferencia fuera erradicado de un plumazo. Todas las iglesias y lugares de culto fueron destruidos, así como los monjes y sacerdotes, que bien fueron ejecutados o bien murieron en los campos de trabajo debido a las extremas condiciones.

Juicios contra los Jemeres Rojos

Después de muchos años, en 2006 se constituyó un Tribunal Internacional patrocinado por la ONU para llevar a cabo el juicio contra los Jemeres Rojos. El retraso del juicio no sólo se debe a la tardía ilegalización del partido que no se produjo hasta 1994, ni a la pervivencia de esta guerrilla hasta 1998, sino a la absorción progresiva por parte de la estructura del Estado de antiguos miembros de la 'Kampuchea Democrática'. Es raro encontrarse un funcionario de la Administración o un político que no hubiera formado parte de los Jemeres Rojos. De hecho, el primer ministro Hun Sen, aunque desertó a Vietnam antes de la caída del régimen, formó parte del régimen de Pol Pot.

La causa principal, cuya sentencia se espera en pocos días (para el siete de agosto), concluyó el año pasado y se centró en el genocidio perpetrado contra los camboyanos durante los cuatros años que duró el régimen de Kampuchea Democrática. Los acusados entonces fueron, además de Nuon Chea y Khiey Samphan, Kaing Guek Eav, responsable del centro de tortura de Tuol Sleng donde murieron miles de camboyanos, e Ieng Sary, ministro de Exteriores, pero que falleció el año pasado en pleno proceso. Los cuatro fueron acusados por delitos de crímenes contra la humanidad que causaron a la población durante los desplazamientos forzados para la evacuación de las ciudades.

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