'Irma' provoca la huida masiva de Florida

«Puedo garantizar que no conozco a nadie en Florida que haya vivido lo que está a punto de golpear en el sur», avanzó el director de la agencia de gestión de emergencias de EE UU, FEMA, Brock Long, que habló de «efecto devastador». 'Irma' progresaba anoche por el norte de Cuba y el sur de Bahamas, que sufrían el azote de peligrosos vientos huracanados de más de 250 kilómetros por hora. El ojo del huracán había doblado su diámetro durante la noche alcanzando un tamaño mayor que todo el Estado de Florida. Se espera que 'Irma', ahora de categoría 4, resulte más catastrófico que 'Andrew', que azotó Florida en agosto de 1992.

Miles de personas viajaban hacia el norte del Estado en una operación de movilización masiva y más de un millón de residentes recibieron órdenes de evacuación en las zonas costeras del sur y del vecino Georgia, donde se esperaban tormentas de 90 a más de 300 centímetros.

El gobernador, Rick Scott, no escatimó en advertencias sobre el huracán más temido, que además podría variar la dirección en cualquier momento, lo que complica la tarea de anticiparse a las necesidades de asistencia. En continuos avisos públicos, Scott animaba a la población a tomar en serio las órdenes de evacuación antes de que fuera demasiado tarde y a optar por centros de acogida o casas de familiares y amigos para evitar congestionar aún más las carreteras. El gobernador condenó también las subidas oportunistas de la gasolina, los billetes de avión y otros servicios y advirtió de que el fiscal general del Estado investigará todos los casos de aprovechamiento comercial ilícito.

Los aeropuertos se encontraban desbordados de pasajeros tratando de conseguir vuelos para huir de la tormenta, mientras las autopistas hacia el norte sufrían congestiones de cientos de kilómetros. Suspendidos los peajes, el Gobierno trataba de movilizar por cualquier medio el suministro de combustible a cientos de gasolineras donde el carburante se agotaba con el paso de las horas. El alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, calificó la evacuación como la mayor de la historia.

La salida es obligatoria en zonas como el archipiélago de los Cayos, donde no habrá servicios de rescate ni acceso a la zona una vez se desencadene la tormenta. Las autoridades vigilaban de cerca también el gran dique del lago Okeechobee ante un posible riesgo de fractura, por lo que se ordenó la evacuación obligatoria de la región.

Los centros de acogida recibían familias y animales domésticos y se advertía a todo el mundo de la necesidad de disponer de provisiones de comida y agua para tres días como mínimo. Universidades y escuelas están cerradas para contar con el mayor espacio disponible de acogida.

El presidente declaró el estado de emergencia en las regiones afectadas. Trump animó a la población a resistir y a seguir las órdenes de las autoridades, asegurando, como es habitual en estos casos, que el país saldrá del trance más fuerte y unido que nunca.

El consejero de Seguridad de la Casa Blanca, Tom Bossert, anunció que se había permitido a barcos extranjeros transportar carburante a Florida para ayudar en los esfuerzos de evacuación y suplir de electricidad antes y después de 'Irma', así como durante las labores de rescate.

El representante Especial de Naciones Unidas para la reducción del riesgo de desastres, Robert Glasser, declaró que existe una clara conexión entre la frecuencia y la fuerza extraordinaria de los últimos grandes huracanes, los incendios del oeste americano o las inundaciones en Nigeria e India con los efectos cada vez más serios del cambio climático.