Merkel se apoya de nuevo en Obama

La canciller alemana, Angela Merkel, y el expresidente de Estados Unidos Barack Obama se presentaron ayer juntos en un acto ante decenas de miles de personas en Berlín para reivindicar sus principales decisiones, que presentaron como guiadas por un idealismo pragmático, pese a que también reconocieron errores. Aunque con una diferencia: mientras el norteamericano echaba la vista atrás para repasar su legado, la germana tenía la vista puesta en las elecciones generales del 24 de septiembre, a la búsqueda de su cuarta legislatura.

Con la icónica Puerta de Brandeburgo a sus espaldas, uno de los dúos mejor compenetrados de la política internacional de los últimos años regresó a los escenarios para una última interpretación. La escena, en el acto principal del Congreso de Iglesia Evangélica, llamaba la atención por representarse en un contexto radicalmente distinto desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Conceptos como «democracia», «derechos», «dignidad» y «valores» se repetían en sus mensajes. Cada frase significaba mucho más que la suma de sus palabras. Tanto al hablar de la reforma sanitaria en Estados Unidos como de la implicación en conflictos en el extranjero o en la gestión de la crisis de los refugiados.

El expresidente, que sigue siendo popular en Alemania, no dudó en señalar que la reforma sanitaria, el conocido como Obamacare, es su «mayor orgullo» tras ocho años al frente de la primera potencia. «Para esos 20 millones de personas que tienen ahora seguro médico la vida es mejor», destacó pese a reconocer que su objetivo era que la cobertura fuese universal. Ahora, lamentó, «estos progresos están en peligro por el debate» que han iniciado los republicanos con el objetivo de tumbar este hito de los demócratas. Merkel, por su parte, aprovechó para reivindicar su posición en la crisis de los refugiados, que ha sido fuertemente criticada en Alemania y en el este de la UE.