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Petry renuncia a ser cabeza de cartel electoral en vísperas del congreso de AfD. :: john macdougall/ afp
La dirigente populista alemana ensaya una retirada táctica

La dirigente populista alemana ensaya una retirada táctica

La copresidenta de AfD Frauke Petry renuncia a liderar al partido ultra en las elecciones de septiembre para intentar convertirlo en socio aceptable en Berlín

JUAN CARLOS BARRENA

Jueves, 20 de abril 2017, 00:56

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berlín. El populismo alemán pierde a su cara amable electoral. Frauke Petry, copresidenta de la polémica, ultranacionalista, antieuropea y xenófoba Alternativa para Alemania (AfD), comunicó ayer la renuncia a encabezar la lista de su formación para los comicios legislativos del 24 de septiembre. El anuncio se difundió en un mensaje de más de doce minutos a sus correligionarios colgado en su página personal de Facebook. Petry subraya en su mensaje que no está dispuesta a liderar la lucha electoral por la cancillería federal ni sola ni en equipo. La noticia sorprendió a propios y extraños a escasos días del congreso de AfD este fin de semana en la ciudad de Colonia para preparar la campaña electoral y en pleno enfrentamiento interno entre los dirigentes sobre la línea a seguir y cómo afrontar la cita con las urnas.

Sus desavenencias con el otro copresidente de AfD, Jörg Meuthen; el vicepresidente Alexander Gauland, y el líder de la formación en Turungia, Björn Höcke, todos representantes del ala más ultraconservadora, parecen haber motivado la renuncia de Petry, que espera su quinto hijo para antes del verano. Con su decisión deja ahora en manos de todos ellos la tarea de formar un equipo que luche por arrancar el máximo de votos en la reñida pugna por arrebatar la jefatura del Gobierno a la presidenta de la CDU, Angela Merkel.

Los analistas contemplan como una maniobra táctica lo que puede parecer una renuncia resignada. Si el congreso de la AfD se cierra el domingo sin cabeza de lista electoral, Petry seguirá siendo su líder como copresidenta sin que nadie le haga sombra de manera directa. Además espera obtener con su renuncia el apoyo de sus correligionarios a su propuesta para una «resolución de futuro», un documento programático elaborado por Petry con el que espera conducir a su formación a un curso realista que en los próximos años la convierta en socio posible y aceptable de coalición en Berlín. En su vídeo pinta un escenario siniestro en el caso de que el partido opte por una vía de oposición fundamentalista y de ultraderecha en el futuro Parlamento.

Sin garantías de éxito

Las maniobras de Petry no tienen garantías de éxito y serán con seguridad contestadas, lo más tarde en el congreso, por sus rivales internos. Sobre todo por Gauland, un cristianodemócrata renegado, y Höcke, el líder regional que escandalizó a medio país al afirmar que el Memorial del Holocausto en el corazón de Berlín es un «monumento de la vergüenza» y exigir «un giro de 180 grados» en la memoria histórica del nazismo. Petry lleva meses buscando la expulsión de Höcke de AfD, pero el ala ultra del partido lo ha evitado hasta ahora. Es más, corre el riesgo de seguir el mismo camino que su antecesor en el cargo. Bernd Lucke, fundador y primer presidente de AfD en 2013 como partido euroescéptico, fracasó en su intento de mantener a raya a los más extremistas. En 2015 fue destronado en un congreso ordinario y poco después abandonó la formación.

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