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Khalid Masood.
Tras los pasos del yihadista tardío

Tras los pasos del yihadista tardío

La Policía de Londres trata de completar el itinerario vital y las últimas horas de Khalid Masood

ÍÑIGO GURRUCHAGA

Sábado, 25 de marzo 2017, 00:32

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Las informaciones ofrecidas por la Policía y los medios británicos sobre Khalid Masood, de 52 años, autor del atentado del miércoles en el centro de Londres, revelan que fue un yihadista tardío. Su conversión al islam habría ocurrido en la cárcel, cuando tenía 38 o 39 años, en su segunda condena por causar heridas en la cara con una navaja.

Había cometido antes otros delitos, pero el itinerario tras la salida de prisión indica su conversión. Contrae matrimonio a los 39 con una mujer musulmana y pasa unos años en Arabia Saudí dando clases de inglés. Cuando regresa a Inglaterra, cambia de domicilio a menudo, vive con otras mujeres, tiene tres hijos y se desplaza a lugares donde hay focos yihadistas, Luton o Birmingham.

El retrato es incompleto y los datos provisionales, pero se puede afirmar que Masood nació en Dartford, en la desembocadura del Támesis. Su madre dio a luz a Adrian Elms cuando tenía 17 años. Lo crió sola, en Rye, una villa costera preciosa, la que eligió para vivir el escritor británico-americano Henry James, y luego en Tunbridge Wells, una localidad rica del condado de Kent, al sudeste de Londres.

Un buen estudiante y un excelente futbolista en una escuela con dos alumnos de piel negra. Sus amigos de entonces lo recuerdan como un tipo brillante y popular, que habría padecido allí un racismo 'suave'. A los 35 años emerge en los registros por ser condenado a una pena de cárcel por acuchillar en la cara al dueño de una cafetería. En el juicio alegó racismo como atenuante.

Vecinos recientes lo describen como «el vampiro», salía de su casa solo y de noche, vestido de negro. En algún momento, dicen que cuando se casó su madre, cambió su apellido por el paterno, Ajao, de origen nigeriano. Y en su última noche, en un hotel de Brighton, aparece, en boca del dueño, como un hombre afable. Visitó la aplicación de mensajes telefónicos WhatsApp minutos antes de cometer su atrocidad.

Charlie Winter, investigador del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR), analizó la evolución de la cobertura de los medios de comunicación del Estado Islámico (EI) en las horas en torno a la masacre y las menciones a lo ocurrido en Londres son posteriores. Pero el yihadismo del califato es ya una mera idea que inspira a individuos sin conexión con el grupo.

Las fuerzas de seguridad están trazando el itinerario de Masood, con sus diferentes nombres, y han detenido a 11 personas en diferentes puntos de Inglaterra. Tratan de saber si se trata de un 'lobo solitario' inspirado por la idea o de un 'terrorista solitario' que se mantenía en contacto con otros simpatizantes del yihadismo asesino y suicida.

Seguridad y bienvenida

La normalidad vuelve a Westminster. Tras una división entre los organizadores de una manifestación en favor de la UE, se mantuvo la covocatoria para hoy. Su previsión es que pueda terminar frente al Parlamento, donde se debatió ayer informalmente sobre las medidas de seguridad en los accesos, después de que Masood lograra acceder por una puerta para vehículos.

Los medios recogían el replanteamiento de una idea que apoya el alcalde, Sadiq Khan, peatonalizar la zona en torno al Palacio de Westminster. Cerrar el puente sobre el Támesis donde se produjo la catástrofe, las vías ribereñas, la plaza frente al Parlamento. es un reto para el tráfico en el corazón del Gobierno, en un Londres de monumentalidad agregada por pequeñas piezas y calles relativamente estrechas.

En 2014, un comité parlamentario estudió las medidas de seguridad instaladas en torno al Palacio de la democracia y recogió muchas quejas de diputados, porque las barreras eran «muy feas», porque la presencia de policías armados mermaba el espíritu de bienvenida.

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