Secciones
Servicios
Destacamos
MIKEL AYESTARAN CORRESPONSAL
Sábado, 25 de marzo 2017, 00:32
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
jerusalén. Hosni Mubarak es un hombre libre y a sus 88 años comienza una nueva vida. Después de seis años retenido en el hospital de las Fuerzas Armadas del barrio cairota de Maadi, con una habitación con vistas al Nilo, el ex presidente salió ayer, pasadas las ocho de la mañana, desayunó con familiares y amigos y se dirigió a su palacio en el barrio de Heliópolis, en el noreste de El Cairo.
La puesta en libertad de quien dirigió Egipto con mano de hierro durante tres décadas y que fue derrocado tras una revuelta de 18 días en 2011, simboliza el final de ese levantamiento popular enmarcado dentro de la llamada 'primavera árabe' cuyas voces más relevantes, islamistas y laicas, han sufrido la persecución del aparato de seguridad del actual presidente, Abdel Fatah el-Sisi. Entre los rostros encarcelados se encuentra el de Mohamed Mursi, el primer presidente elegido de forma democrática en el país, privado de libertad desde el golpe militar que le derrocó en 2013.
En un país asolado por la grave situación económica, la amenaza del grupo yihadista Estado Islámico (EI), con fuerte presencia en la península del Sinaí, y la represión de las autoridades golpistas, la liberación del 'rais' Mubarak era algo que se veía venir, sobre todo tras la última decisión de la Justicia, que le absolvió a principios de mes de estar implicado en la muerte de 239 manifestantes durante las protestas que acabaron con su mandato en enero y febrero de 2011. En total, Hosni Mubarak ha cumplido tres años de prisión por apropiación de fondos públicos reservados a los palacios presidenciales.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.