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Hamdi H., flanqueado por sus abogados, se cubre el rostro antes de oír la sentencia. :: Gregor Fischer / afp
Primera condena en Alemania por asesinato  a los dos conductores  de una carrera ilegal
La sentencia

Primera condena en Alemania por asesinato a los dos conductores de una carrera ilegal

La criminal apuesta a medianoche por el centro de Berlín provocó la muerte de un tercer automovilista inocente

JUAN CARLOS BARRENA

Martes, 28 de febrero 2017, 00:18

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Dos conductores temerarios, protagonistas de una carrera a 170 kilómetros por hora por el centro de Berlín, han sido condenados a cadena perpetura en Alemania al ser considerados culpables de la muerte por asesinato de un tercer conductor, ajeno por completo a la apuesta suicida y cuyo vehículo fue brutalmente embestido por uno de los dos automóviles en liza. «Se trata de una sentencia excepcional», reconoció ayer el presidente del tribunal en la Audiencia de Berlín, Ralf Ehestädt, cuyo veredicto sorprendió por su extremada dureza y carece de precedentes en este país. Tras cinco meses y medio de proceso, el tribunal dictó la misma pena para los dos procesados, Hamdi H. de 28 años y Marvin N. de 25, a los que además retiró la licencia de conducir de por vida.

El juez consideró probado que a bordo de un Audi A6 TDI y un Mercedes AMG CLA 45 tuneados, los dos hombres se retaron a una carrera poco después de medianoche el 1 de febrero de 2016 en la Kudamm, la principal arteria comercial de la capital alemana. En su recorrido a una velocidad vertiginosa llegaron a saltarse once semáforos en rojo sin provocar milagrosamente ninguna colisión. Pero al alcanzar la curva que desemboca en la Tauenzienstrasse, se encontraron con un Jeep conducido por un jubilado de 69 años que doblaba correctamente una esquina. El Audi de Hamdi H. no pudo esquivarlo y lo embistió con tal fuerza que lo desplazó 72 metros. Su conductor, Michael B., murió en el acto atrapado en un amasijo de hierros. La autopsia reveló que tenía prácticamente todos los huesos rotos. El choque afectó de rebote al Mercedes, cuyo conductor, al igual que su compañero, resultó herido leve.

El tribunal destacó que los dos procesados actuaron «con complicidad y dolo necesario» y, aunque no tenían intención de matar a nadie, aceptaron la posibilidad de que su actuación tuviera consecuencias mortales con tal de ganar la carrera. «Solo les importaba el subidón y su imagen entre los pilotos de carreras ilegales», dijo el juez, quien subrayó que los automóviles de alta potencia utilizados habían sido considerados a la hora de dictar la sentencia «armas asesinas».

Recordó que ambos conductores tenían antecedentes por delitos de tráfico y eran conocidos como pilotos temerarios y participantes en carreras ilegales. «Aumentaban su autoestima a través de su automóvil», destacó Ehestädt, quien comentó que a la velocidad que circularon por la Kudamm era imposible ver si otros vehículos accedían a esa vía desde calles laterales y «carecían de oportunidad alguna de reaccionar». Además subrayó que los dos hombres dejaron en manos de la casualidad si personas inocentes podían a llegar a ser víctimas de su comportamiento. La suma de las circunstancias del siniestro y la personalidad de los acusados fueron determinantes a la hora de dictar sentencia, afirmó el juez, para el que este caso es incomparable con otros similares. La carreras ilegales de coches se celebran en Alemania en polígonos industriales o carreteras secundarias, pero muy rara vez en un núcleo urbano.

A conocer el veredicto un hijo del conductor fallecido en el siniestro se mostró aliviado: «Me quita un gran peso de encima. Era importante una setencia ejemplarizante». El tribunal aceptó la propuesta de los fiscales, que habían exigido la máxima pena. La defensa estaba dispuesta a aceptar una sentencia por imprudencia temeraria que habitualmente conlleva una multa, la pérdida temporal del permiso de conducir y penas leves de cárcel en régimen de libertad condicional.

El Bundesrat, la cámara alta alemana, aprobó en septiembre un proyecto de ley para endurecer apreciablemente las penas para quienes participen en carreras ilegales, aunque el Bundestag, la cámara baja, debe aprobarla aún. Los abogados de los dos pilotos asesinos anunciaron que apelarán la sentencia y quedará en manos del Tribunal Supremo alemán la decisión de confirmarla o rebajarla.

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