Borrar
Emigrantes rescatados en el Mediterráneo. :: ALBERTO PIZZOLI / afp
Libia, atroz escala en la odisea migratoria

Libia, atroz escala en la odisea migratoria

Unicef denuncia los abusos de todo tipo que sufren en el país magrebí las personas que lo atraviesan para embarcar hacia Europa

GERARDO ELORRIAGA

Martes, 28 de febrero 2017, 10:53

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Unicef asegura que 700 niños perecieron en 2016 en el intento de llegar a Europa desde las costas magrebíes, pero también advierte que las condiciones de vida de aquellos que cruzan la frontera libia en dirección al litoral son pavorosas. La entidad ha hecho público hoy el informe 'Una travesía mortal para los niños. La ruta de la migración del Mediterráneo Central', en el que apunta la existencia en el país norteafricano de 24 centros de detención bajo control del Gobierno y decenas de cárceles ilegales gestionadas por las milicias, brazo armado de los traficantes.

La encuesta ha sido realizada in situ por la Organización Internacional para la Cooperación y Ayuda de Emergencia (Iocea), aliada de la agencia de Naciones Unidas, y señala que el 75% de los niños entrevistados había sufrido acoso y violencia, y la mitad, palizas, y que muchas de estas acciones tuvieron lugar en los puntos de control y fronteras por hombres uniformados. Además, la mitad de las mujeres consultadas ha padecido ataques de índole sexual. La investigación revela que estos asaltos se producen manera sistemática en las aduanas y que, incluso, algunas procedentes de África Oriental se prepararon para esta posibilidad con inyecciones de anticonceptivos a su paso por Jartum, la capital sudanesa.

Las ONG han identificado a 256.000 forasteros retenidos en Libia, aunque su número real puede ser el triple, según las estimaciones. El estudio denuncia que las familias son disgregadas y que los forasteros pasan meses en condiciones inhumanas de hacinamiento, privados de comida y agua suficiente. Lo niños conviven con adultos, lo que facilita su abuso. El estudio resalta la falta de servicios médicos e indica que 20 personas pueden permanecer durante largos periodos de tiempo en celdas que no superan los dos metros cuadrados.

Intercambios y esclavitud

Al menos una tercera parte de los pequeños sufrió también malos tratos en el país antes de poder embarcar. Los grupos armados piden dinero a la Administración para el mantenimiento de los retenidos, pero, en cualquier caso, los individuos bajo el control de los combatientes irregulares experimentan las condiciones más extremas.

La violencia suele ser mayor en estos lugares y los subsaharianos reciben las peores sevicias. Además, la mayoría es explotada laboralmente para pagar los servicios de las mafias, que demandan entre 190 y 1.130 euros a mujeres y niños para acceder a lanchas y pateras. Nueve de cada diez menores que llegaron a Europa en 2016 no estaban acompañados.

No se conoce el número exacto de granjas, almacenes y prisiones donde los extranjeros son recluidos, pero el informe advierte que tan solo en Trípoli existen trece establecimientos ajenos a la supervisión oficial. La existencia de casas de intercambio, donde los traficantes se transfieren entre sí los migrantes, es otra aportación de la investigación. Las milicias incluso se hacen con internos de los centros oficiales de detención para llevarlos a estas viviendas donde son obligados a trabajar para cumplir las exigencias de los contrabandistas.

Unicef aboga por detener este flujo y evitar que el Mediterráneo siga siendo la ruta de contrabando humano a gran escala. La institución solicita la intensificación de los mecanismos de protección de la infancia en Libia y fomentar el acceso a los centros de detención en manos de las milicias. A ese respecto, reclama la confección de una base de pruebas más amplia sobre la situación y necesidades de las mujeres y niños que llegan a Libia.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios