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Manifestación en recuerdo al opositor Nemtsov en las calles de Moscú. :: MAXIM SHIPENKOV / efe
Moscú recuerda al opositor Nemtsov

Moscú recuerda al opositor Nemtsov

Miles de personas participan en la marcha homenaje al político asesinado a tiros hace dos años en el centro de la capital rusa

RAFAEL M. MAÑUECO CORRESPONSAL

Lunes, 27 de febrero 2017, 00:38

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La oposición extraparlamentaria rusa tuvo ayer una de las infrecuentes oportunidades de sacar a su gente a la calle. El motivo esta vez volvió a ser recordar a su líder asesinado, Borís Nemtsov, tiroteado hace hoy justo dos años en pleno centro de Moscú, junto al Kremlin. Las autoridades municipales autorizaron la marcha a la que, según el conteo efectuado por los organizadores, asistieron más de 15.000 personas. Según la Policía fueron 5.000 y, como ya es habitual y aduciendo motivos de seguridad, todas ellas tuvieron que pasar por los arcos detectores de armas y explosivos de la Policía que, de paso, aprovechó para retirarles todas las pancartas con retratos o inscripciones alusivas al presidente Vladímir Putin. Quizá por ello la consigna más gritada durante la manifestación fue «Rusia sin Putin, Rusia sin Putin...». Lo que sí hubo fueron banderas rusas para demostrar que los opositores también son patriotas, así como enseñas ucranianas y de la Unión Europea.

A la cabeza del cortejo desfilaron líderes opositores como el dirigente de la formación liberal Yábloko, Grigori Yavlinski; el activista Iliá Yashin, el exdiputado Guennadi Gudkov, expulsado del Parlamento por participar en actos organizados por la oposición; y Mijaíl Kasiánov, ex primer ministro y jefe de PARNAS -partido tuvo como copresidente a Nemtsov- que al comienzo del acto sufrió el ataque de un desconocido que le arrojó anilina a la cara, un colorante verde que, con otros compuestos, se utiliza como desinfectante y cuyas manchas duran días en la piel. El asalto no impidió que Kasiánov continuara en la manifestación y el agresor fue detenido.

El que ayer no estuvo en la concentración, aunque sí acudió a los dos homenajes anteriores en recuerdo a Nemtsov en 2015 y 2016, fue el bloguero anticorrupción, Alexéi Navalni, que ayer todavía no había regresado a la capital rusa después de que el sábado abriera en Ekaterimburgo el cuartel general de su equipo de campaña para las elecciones presidenciales de 2018, a las que, salvo que cambie la ley o sea indultado, no podrá presentarse. El 8 de febrero, un tribunal de Kírov le condenó a cinco años de prisión condicional y a una multa por supuesta «apropiación indebida» de bienes de una empresa del Estado. veredicto que le inhabilita para ocupar cargos públicos. Un grupo constituido por cosacos, ultranacionalistas y activistas ortodoxos atacaron el mismo día la sede del equipo de campaña de Navalni.

Nemtsov, que el momento de su asesinato era diputado de la Asamblea Local de Yaroslavl, cayó acribillado por las balas en mitad del puente Bolshói Moskvoretski sobre el río Moskova, a escasos metros de la muralla del Kremlin mientras paseaba acompañado de una joven ucraniana. Actualmente hay cinco personas que está siendo juzgadas por este crimen, entre ellas el autor de los disparos, el expolicía checheno Zaúr Dadáev. No obstante, la familia del político y la oposición en general defienden que quienes encargaron su muerte están a salvo y sin temor a ser puestos ante la Justicia.

Seguimiento desigual

Es por ello por lo que al final de la concentración muchos manifestantes acudieron al puente Bolshói Moskvoretski para depositar flores en el lugar en donde fue abatido el opositor ruso. Ahí se pretende instalar una placa en su recuerdo, pero el Ayuntamiento moscovita no está por la labor.

También en San Petersburgo hubo ayer otra manifestación a la que acudieron menos de 3.000 personas. No ocurrió lo mismo en el resto de las ciudades del país, donde no se autorizó ningún evento en recuerdo del opositor asesinado, aunque hubo quien salió a la calle en grupos muy reducidos de manifestantes.

Mientras todo esto sucedía, el activista opositor, Ildar Dadin, abandonaba por fin la cárcel en la región siberiana de Altái tras haber sido condenado a dos años y medio de prisión en virtud del artículo 212.1 que se incluyó en 2014 en el Código Penal ruso que castiga con prisión la comisión de más de dos faltas administrativas durante mítines y manifestaciones en un período de seis meses. Dadin ha sido el primero y, por ahora, el único condenado por esta polémica norma, pero su recurso fue atendido primero por el Tribunal Constitucional y luego por el Tribunal Supremo, que ordenó el miércoles su puesta en libertad. El Constitucional dictaminó que la aplicación de este código es posible sólo cuando sus infractores supongan «un peligro para los ciudadanos o el orden público».

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