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Malasia detiene a otros dos sospechosos de la muerte de Kim

El hermanastro del mandatario norcoreano ya había sido víctima de un intento de asesinarlo en 2012 y decía que vivía «tiempo de prestado»

ZIGOR ALDAMA

Viernes, 17 de febrero 2017, 01:10

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Malasia devolverá a Corea del Norte el cuerpo de Kim Jong-nam, hermanastro del dictador Kim Jong-un. Pero solo cuando hayan concluido los exámenes toxicológicos de la autopsia y la investigación sobre su muerte el pasado lunes, aparentemente envenenado por dos mujeres que podrían ser agentes norcoreanas. De momento, las autoridades del país asiático ya han detenido a una mujer vietnamita y a otra indonesia, así como a la pareja de esta última, y se muestran optimistas con respecto a la resolución de un caso que ha sorprendido al mundo. La Policía tiene ahora una semana para interrogarlas antes de que pasen a disposición judicial y sean los tribunales quienes traten de dilucidar lo sucedido en esta misteriosa historia.

Sin embargo, el propio Kim sabía perfectamente que su vida corría peligro. De hecho, los servicios de inteligencia de Corea del Sur afirmaron ayer que agentes norcoreanos ya trataron de liquidarlo en 2012, y que Kim envió entonces una carta a su hermano suplicándole clemencia. Aparentemente, le certificó que no se convertiría en su rival político. Al fin y al cabo, aunque en un principio Jong-nam se perfiló como posible sucesor al trono comunista, su padre, Kim Jong-il, terminó cediendo el poder al benjamín Jong-un y, desde entonces, el primogénito vivía en el exilio entre Pekín y Macao sin hacer mucho ruido.

Pero, según reveló ayer el diario 'South China Morning Post', Kim Jong-nam sabía que continuaba siendo un objetivo para su hermanastro. Así lo reconoció a sus amigos más cercanos antes de ser asesinado. A pesar de ello, Jong-nam continuaba llevando una vida relajada en la excolonia portuguesa de Macao, y no contaba con la protección de guardaespaldas. «Decía que estaba viviendo tiempo de prestado, y que su hermano iba tras él», comentó una fuente anónima al periódico de Hong Kong. «Estaba pensando en mudarse a Ginebra», añadió otro compañero de colegio al diario 'The Guardian'. Malasia, sin embargo, asegura que la implicación de Pyongyang es «una mera conjetura», y apostilla que el caso no enturbiará la buena relación entre ambos países.

Día de fiesta en Pyongyang

Mientras tanto, Corea del Norte daba la espalda a este escándalo y celebraba con fervor el Kwangmyongsongjol (el Día de la Estrella Brillante), en el que se conmemora el nacimiento de Kim Jong-il, que gobernó desde 1994 hasta su muerte en 2011 y que este año habría cumplido su 75 aniversario.

La jornada comenzó, como es tradición, con una visita del actual líder, Kim Jong-un, al Palacio del Sol de Kumsusan de la capital norcoreana, donde realizó una solemne ofrenda floral ante los cuerpos embalsamados de su padre y su abuelo, Kim Il-sung, fundador del país y de la dinastía. Los ciudadanos también cumplieron con el desfile anual por la colina Mansu para depositar flores a los pies de las estatuas de Kim Il-sung y Kim Jong-il.

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