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La candidata Marine le Pen presentó ayer su programa electoral en la ciudad de Lyon. :: JEFF PACHOUD / Afp
Le Pen suaviza su programa

Le Pen suaviza su programa

La presidenciable ultra esquiva la pena de muerte, el velo islámico y la salida del euro en sus 144 propuestas para aplicar desde el Elíseo

FERNANDO ITURRIBARRÍA

Sábado, 23 de junio 2018, 21:43

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Marine Le Pen ha suavizado su programa electoral para contentar a un máximo de franceses. Las 144 propuestas de su plataforma presidencial no incluyen asuntos polémicos como el restablecimiento de la pena de muerte, la prohibición del velo islámico o la escolaridad de pago para los hijos de extranjeros. Pero permanecen señas de identidad en la extrema derecha francesa como el abandono del euro, la salida de la Unión Europea y la prioridad a los nacionales sobre los extranjeros en el acceso a la vivienda y los servicios públicos.

PROPUESTAS

  • Salida del euro con el cambio de denominación de la deuda con un banco central al que el Gobierno podrá ordenar la compra de su propia deuda.

  • Apertura de un periodo de seis meses para la negociación sobre la permanencia de Francia para conseguir una fórmula sin euro, libertad de movimiento ni restricciones al déficit o a la salida del país del marco europeo.

  • Solo las empresas galas podrán participar en los concursos de la Administración, obligatoriedad de tener un porcentaje de productos franceses en los comercios y reconstrucción del tejido industrial. Rechazo a los tratados de libre comercio.

  • Reducirla de 62 a 60 años.

  • Impedir que ningún inmigrante sin papeles pueda legalizar su permanencia en el país.

  • Derechos como la educación gratuita se reservan solo a los ciudadanos franceses. Las empresas que contraten extranjeros deberán pagar un impuiesto del 10% del salario.

La presidenta del Frente Nacional presentó ayer en Lyon su oferta programática con un documento de 24 páginas en el que no aparecen nunca el nombre ni el logotipo del partido. El anagrama de 'Marine 2017' es una rosa azul, símbolo de la pretendida fusión entre izquierda y derecha para camelar a un electorado hastiado de la alternancia en el poder de los mismos. Le Pen lima asperezas y pule aristas con la ambición de conquistar el Elíseo en mayo cuando es la favorita para ganar la primera vuelta de las presidenciales pero sin opciones en las encuestas de imponerse en la ronda definitiva.

En el prólogo del librito, la presidenciable populista plantea la cita con las urnas como un dilema entre la globalización y el proteccionismo. Fustiga la opción 'mundialista' de «todos mis competidores» por atribuirle la abolición de las fronteras económicas y físicas así como más inmigración. Apuesta por la opción 'patriota' que ella encarna pues «pone la defensa de la nación y del pueblo en el corazón de toda decisión pública y quiere por encima de todo la protección de nuestra identidad nacional e independencia».

En tiempos de 'brexit', Le Pen amaga con un 'frexit' si al cabo de seis meses de negociaciones con Bruselas no logra recuperar cuatro soberanías: monetaria, legislativa, presupuestaria y territorial. Pero deja de exigir con la rotundidad de otras veces la vuelta al franco y la salida progresiva del euro, que ni siquiera menciona. Se contenta con un ambiguo «restablecimiento de una moneda nacional» que esconde un confuso proyecto de convivencia con una moneda común de cara al exterior, una especie de ecu. Tanto empeño edulcorante obedece a la necesidad de no asustar al fuerte contingente electoral de los jubilados con la amenaza de una devaluación masiva de sus ahorros.

El proyecto propone convocar un referéndum justo después de las elecciones generales de junio para inscribir en la Constitución el principio de la prioridad nacional. También incluye la consulta de iniciativa popular si reúne más de medio millón de firmas, vía a la que remite la reinstauración de la pena de muerte aunque en el programa prefiere la cadena perpetua real. Además quiere construir 40.000 plazas de prisión en cinco años y la expulsión automática de los delincuentes extranjeros.

Fronteras

La candidata ultra aspira a reducir el saldo migratorio a 10.000 personas frente a las 40.000 actuales entre quienes salen y entran al país. En esta materia insiste en restablecer las fronteras nacionales, salir del espacio Schengen, no regularizar a los extranjeros en situación ilegal y suprimir el derecho de suelo. Todo nuevo contrato de un trabajador extranjero tendría más tasas y sería creada una contribución del 3% sobre los productos importados.

Más simbólicas son medidas como llevar uniforme en la escuela o la retirada de las banderas europeas de los edificios públicos. De inspiración izquierdista son el regreso a la jubilación a los 60 años, la contratación de funcionarios y la disminución del impuesto de la renta en los primeros tramos. Más ortodoxia frentista hay en la defensa del francés y la unidad nacional, la lucha contra los comunitarismos, la promoción de la asimilación sobre la integración, el aumento del presupuesto de Defensa hasta el 3% del PIB o incluso la construcción de un segundo portaaviones al que quiere llamar 'Richelieu', como el cardenal de añejas grandezas.

Moneda:

UE:

Medidas proteccionistas:

Jubilación:

Inmigración:

«Preferencia nacional»:

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