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Varios voluntarios del servicio de rescate de montaña Socorro Alpino se dirigen a continuar las labores de búsqueda de víctimas. :: Efe
«Los clientes están aterrorizados»

«Los clientes están aterrorizados»

El director del hotel Rigopiano pidió ayuda después de tres seísmos y solo recibió promesas

DARÍO MENOR ENVIADO ESPECIAL

Lunes, 23 de enero 2017, 00:32

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«Les comunicamos que a causa de los últimos eventos la situación se ha hecho preocupante. Hay cerca de dos metros de nieve y tenemos 12 habitaciones ocupadas, además del personal. Los clientes están aterrorizados por las sacudidas sísmicas y han decidido permanecer fuera. Hemos intentado hacer lo posible para tranquilizarles pero, no pudiendo irse debido a que las carreteras están bloqueadas, están dispuestos a pasar la noche en sus coches. Conscientes de las dificultades generales, pedimos una intervención al respecto. Seguros de su comprensión, quedamos a la espera de una respuesta».

Este es el mensaje que Bruno Di Tommaso, director del hotel Rigopiano, le envió a la Policía y a diversas autoridades locales y provinciales el pasado miércoles, poco antes de que el cuarto y último terremoto del día con magnitud superior a los cinco grados provocara un alud que acabó tragándose el establecimiento hotelero, golpeado por una fuerza similar a la de 4.000 camiones a plena carga. Di Tommaso sólo recibió promesas: le dijeron que iban a enviar un quitanieves para despejar la carretera y permitir la evacuación del hotel, pero el vehículo no llegó nunca. La que arribó en cambio fue la avalancha, que dejó 11 supervivientes, 6 muertos y 23 desaparecidos, según el último balance facilitado ayer por las autoridades, al que se añade un trabajador de senegalés que no había sido hasta ahora incluido en el recuento.

Trabajando sin descanso en turnos de 12 horas, los alrededor de 200 miembros de los equipos de rescate desplegados en la zona sacaron ayer el sexto cadáver del edificio, el de un hombre todavía sin identificar, a través de uno de los más de 25 túneles que han excavado para acceder a su interior. En su tarea se han encontrado habitaciones en las que la nieve y los detritos no han conseguido entrar, como la sala de billar, lo que les hace aún tener esperanzas de que podría producirse otro milagro y hallar a alguien más con vida. Aguantar dentro resultó una tarea titánica.

Según contaron los familiares de algunos de los rescatados, tuvieron que estar hasta 58 horas sin comer ni beber, en la oscuridad más absoluta y chupando trozos de hielo para sobrevivir. Perdieron completamente la noción del tiempo e intentaron no volverse locos ante lo desesperado de su situación.

Podría haber alguien vivo

«Seguiremos adelante hasta que los encontremos a todos. Podría aún haber personas vivas allá abajo. No podemos dar nada por descontado, pues sus familiares están esperando», dice Luca Giai, uno de los miembros del Socorro Alpino que participan en las tareas de rescate y que, cuando acaban su turno, acuden al polideportivo de Penne para descansar. Este edificio donde se encuentra el centro de coordinación de las operaciones de socorro ha empezado a vaciarse de periodistas, llenándose en cambio de colchonetas y sacos de dormir por las gradas y junto al rocódromo para que los rescatistas recuperen fuerzas tras la penosa tarea que llevan a cabo entre la nieve.

La meteorología, además, no acompaña. Las lluvias de los últimos días han endurecido la nieve, por lo que hacen falta picos para poder abrirse paso frente a ella. Hoy y mañana se espera en cambio que nieve, lo que aumenta el riesgo de que se produzcan nuevos aludes. El riesgo de avalanchas es de 4 sobre una escala de 5.

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