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En Cuba todo está escrito hasta 2018

Raúl Castro profundizará en la renovación del modelo económico ya sin la tutela de Fidel en los dos años que le quedan para abandonar el poder

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO

Martes, 6 de diciembre 2016, 00:56

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La mayoría de los cubanos no se cuestiona qué será de Cuba ahora que no está Fidel Castro. Esa interrogante se formula fuera de la isla, especialmente entre quienes esperaban que sin él la Revolución caería como un castillo de naipes. Los diez años de retiro del comandante sirvieron de periodo de transición que apuntaló al Gobierno. Y las exequias del líder cubano despertaron, al menos por ahora, un sentimiento de unidad.

Algunos analistas políticos opinan que Raúl Castro se sentirá menos presionado para tomar nuevas decisiones económicas que habrían disgustado a su hermano. Pero la mayoría de estos expertos coincide en que en los dos años que faltan para que el presidente deje el poder «todo seguirá igual o casi igual».

Un buen observador de la realidad cubana asegura a este diario que la añeja complicidad de los hermanos Castro se mantendrá de alguna manera. «No creo que sea casualidad que al lado de su tumba se haya grabado su concepto de que 'Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que tiene que ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos'», dice.

Su opinión es que Raúl profundizará la actualización del modelo económico y a falta de la presencia física en la retaguardia de Fidel, con quien desde que asumió el poder dijo que «consultaría» las cuestiones vitales para el Estado, se apoyará en su ideología.

En los diez últimos años, Raúl Castro ha marcado la pauta para el futuro: cambios en el reparto de tierras, libertad para viajar, aumento de la iniciativa privada... «Ahora queda profundizar. El resto está todo escrito. No van a inventar cosas nuevas de aquí a 2018, cuando Raúl se retire del poder», agrega el experto.

El primer cambio político del castrismo ya está hecho: la renovación de los cargos públicos cuando cumplan dos periodos de cinco años. Faltaría concretar una reforma constitucional que regule oficialmente la separación de poderes. Ahora, el primer secretario del Partido Comunista, máxima autoridad en la isla, preside el Consejo de Estado y el de Ministros.

El papel de Díaz Canel

Un diplomático latinoamericano señala que el otro reto de Raúl «será encontrar la vía para recapturar la atención y el respeto de la juventud, para que no todos quieran marcharse a trabajar fuera. Pero deben sentir un lazo con su país y lo que éste les pueda ofrecer».

En esa tarea podría ser fundamental Miguel Díaz Canel, el hombre de 56 años destinado, salvo debacle, a suceder al general en la presidencia del país caribeño. Será el primero en casi 60 años que no llevará el apellido Castro. El primero que tuvo galones militares pero va más cómodo en vaqueros y guayabera, que tiene en común con los jóvenes que no se separa de su 'smartphone' y se comunica por Facebook y Twitter.

Las intervenciones de este ingeniero electrónico no muy elocuente, sencillo y cercano son cada vez más frecuentes. En una de ellas no dudó en apoyar una mayor apertura de internet. «Hoy, con el desarrollo de las redes sociales (...), prohibir algo no tiene sentido».

«Para mí, vamos a seguir igualito, igualito. Todo está orquestado desde hace diez años para que nadie se asustara por la muerte de Fidel. Y así ha sido. Raúl tendrá más libertad de acción pero no creo que los cambios sean muchos. Ojalá me equivoque», dice la secretaria Caridad Robles.

Desde luego no cabe esperar ninguno antes de que Donald Trump asuma la presidencia y aclare si mantiene la normalización o le da carpetazo y de nuevo los cubanos deben volver a las trincheras de la resistencia antimperialista.

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