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Renzi, con su esposa y sus tres hijos, en el colegio electoral de Florencia en el que depositó su voto para el referéndum. :: p. lo debole / reuters
Los italianos echan a Renzi

Los italianos echan a Renzi

El primer ministro pierde la consulta sobre su reforma y sume a la UE en un nuevo episodio de incertidumbre

DARÍO MENOR

Lunes, 5 de diciembre 2016, 01:16

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roma. Cuando Matteo Renzi llegó al poder en febrero de 2014, 'L'Osservatore Romano', el sobrio diario de la Santa Sede, informó de los navajazos que tuvo que asestar en su propio partido para quitarse de encima al entonces primer ministro, su compañero de filas Enrico Letta, con una gráfica imagen bíblica: habló de su «pecado original». En estos casi dos años de Gobierno, el joven político florentino no ha conseguido sacudirse aquella culpa y la falta de legitimidad popular por no haber pasado por las urnas. Optimista hasta una cierta temeridad, Renzi se la jugó ligando su supervivencia política al resultado del referéndum constitucional celebrado ayer en Italia. Y perdió.

Los primeros datos de los sondeos a pie de urna publicados al cierre de las sedes electorales muestran que se equivocó: la reforma, destinada a acabar con el bicameralismo perfecto y mejorar en teoría la gobernabilidad del país, fue rechazada por una horquilla que va del 54% al 58% de los votantes. Acudieron a las urnas un 67% de los ciudadanos con derecho al sufragio, un dato muy alto que demuestra que los italianos interpretaron el plebiscito como un examen al Ejecutivo.

El fracaso del referéndum abre un escenario cargado de incógnitas e inestabilidad en Italia, con preocupantes repercusiones para la Unión Europea que pueden comenzar a concretarse en cuanto abran esta mañana los mercados financieros. Si el primer ministro cumple con su palabra, presentará su dimisión ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, a quien tocará comprobar quién cuenta ahora con el respaldo mayoritario del Parlamento. Podría nacer así un Gobierno técnico encargado de reformar la ley electoral y convocar comicios anticipados cuanto antes. El Movimiento 5 Estrellas (M5E), partido considerado populista por sus críticos, estaría en posición de hacerse con el poder.

Dario Antiseri, director del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Luiss de Roma, considera que la victoria del 'no' en el referéndum se explica en parte por una premisa presente en buena parte de las citas con las urnas: «La gente vota contra quien gobierna. Hay mucha gente sin trabajo o con empleos precarios, que sufren al tráfico infernal en sus ciudades, las colas en los hospitales y ven cómo la basura se acumula en las calles». El empobrecimiento que se ha dado en algunas regiones populosas del país como Lacio o Piamonte, unido a la falta de mejora en el retraso económico, social y de infraestructuras que sufre la parte meridional del país, puede haber pesado en el resultado. «También ha calado el mensaje de que se le iba a dar demasiado poder a un solo partido», opina Antiseri.

La jornada transcurrió sin apenas incidentes en las más de 61.000 sedes electorales . En Roma el ambiente que se respiraba entre los votantes parecía a favor del 'no'. Tiene cierta lógica, pues en los comicios municipales celebrados la pasada primavera arrasó en la capital el M5E, que está en contra de la reforma constitucional. Alba, una señora mayor que acudió a un colegio electoral de un barrio residencial del brazo de su hijo, mostró su deseo de que fracasara el plebiscito para «echar a Renzi». «Nos lo han puesto en el Gobierno sin que lo votemos y ha echado a perder Italia. Si gana el 'sí' no se cambia nada y llegaremos a una dictadura», contaba, con un discurso calcado al que han hecho durante la campaña Forza Italia o la Liga Norte.

«Un cambio fingido»

Otros votantes del 'no', como Massimo y Rita, mostraban sin ambages sus preferencias por el M5E. «Es un momento importante para decidir nuestra democracia y el futuro de nuestros hijos», decía Massimo, de unos 50 años. A su lado, su esposa explicaba las razones que le habían llevado a rechazar la reforma constitucional: «Los cambios deben ser positivos y esto es un cambio fingido. Hay que informarse bien. Es inútil que hayan hecho propaganda para hacerlo ver como un ahorro. El verdadero ahorro vendría con una ley seria sobre la corrupción, pero el Parlamento hace alegremente como si no pasara nada». También se decidió por el 'no' Teo, quien no sabía qué opción elegir hasta el último momento. «La verdad es que no he tenido tiempo para informarme bien de la reforma y al final he votado más con el corazón que con la cabeza. En las últimas elecciones municipales voté al M5E y ahora he seguido esa línea», explicó este pizzero romano.

Una orgullosa votante del 'sí' era Lucia, una octogenaria convencida de que Italia «necesita un cambio». «Esta reforma no es que sea ninguna maravilla, pero no podemos pensar en dar pasos hacia atrás», contaba. Su marido, Alberto, concedía a quienes no piensan como él que Renzi «no es perfecto», pero al menos «ha dado un cierto dinamismo a la política mientras que otros quieren que nos quedemos parados». En la misma línea se mostraba Antonio: «Aunque no es una reforma perfecta es seguramente un paso adelante. Visto el clima político que tenemos hoy en Italia, Renzi es el menos malo en este momento. No tengo miedo de que se convierta en el 'uomo forte' que dice la oposición».

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