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Trump se inventa que le han robado millones de votos

Muy contrariado por la petición de recuento en tres Estados, no se explica cómo se habría perpetrado el hipotético fraude

MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL

Martes, 29 de noviembre 2016, 01:14

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El infantilismo de un multimillonario de 'reality show' que ahora es presidente electo de Estados Unidos volvió a quedar de manifiesto el domingo por la noche a través de su altavoz preferido, Twitter. Emberrenchinado por la decisión de la candidata demócrata Hillary Clinton de sumarse a la petición de recuento de votos en tres Estados que ha solicitado la candidata del Partido Verde, Jill Stein, el nuevo mandatario empuñó su arma de desinformación masiva para alegar que él habría sido también el candidato más apoyado en el conjunto del voto popular si no le hubieran robado «millones de votos» en California, Virginia y New Hampshire.

Ni él ni sus responsables de campaña han proporcionado la menor pista de cómo pudo haberse perpetrado el hipotético fraude. En el mejor de los casos sus colaboradores hablan de estudios que datan de años atrás y que, por tanto, no contienen dato alguno sobre estas elecciones. Como de costumbre, la prensa se hizo eco de su acusación dignificándola con análisis serios, pero al menos esta vez acordaron incluir en todos los titulares que su denuncia es categóricamente «falsa», para que quienes se saltan las explicaciones no se queden con la ambigüedad.

Mundo de fantasía

Está costando romper el hábito, pero los medios de comunicación empiezan a entender que las declaraciones de Donald Trump no pueden tratarse con la seriedad y el respeto que se debían a las de cualquier otro presidente que le haya precedido. 'Think Progress' analizaba ayer la realidad paralela que construye el multimillonario, de forma desorganizada y contradictoria, y la comparaba con la que crearon metódicamente los asesores de George W. Bush para vender la mentira sobre las armas de destrucción masiva en Irak.

El mundo de fantasía de Trump carece de lógica interna y se rige por el impulso infantil del 'y tú más'. Si Trump se siente atacado, devuelve el golpe con rabia, aunque sean manotazos en el aire. La traca de cuatro tuits en menos de una hora que lanzó la noche del domingo empezaba por «Además de ganar el voto del colegio electoral gané el voto popular si se descuentan los millones de personas que votaron ilegalmente», pasaba por «Habría sido mucho más fácil para mí ganar el voto popular si me hubiera concentrado en tres o cuatro Estados en lugar de los quince que visité» y terminaba con su acusación fatal: «Ocurrió un serio fraude en Virginia, New Hampshire y California. ¿Por qué los medios no informan de eso? Seriamente sesgados, ¡gran problema!».

Muchos picaron el anzuelo de lo que 'Think Progress' califica de «el lenguaje de los dictadores». El equipo de Trump considera «ridículo» que se le dé «oxígeno» al recuento que ha solicitado Stein. Ciertamente, la revisión del escrutinio tiene pocas posibilidades de cambiar el resultado final, aunque Trump esté convencido de la que izquierda hará todo lo posible por robarle su victoria. La propia Clinton ha advertido al sumarse a los hechos consumados de una iniciativa financiada con pequeñas donaciones que no alberga expectativas de una alteración de los datos finales en ninguno de los tres Estados señalados -Wisconsin, Michigan y Pensilvania-.

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