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«La gente en Haití está desesperada porque lo ha perdido todo»

Diana Valcárcel Directora de Comunicación de Unicef España

MIKEL MADINABEITIA

Domingo, 16 de octubre 2016, 00:26

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Diana Valcárcel (San Sebastián, 1973), directora de Comunicación de Unicef Comité Español, ha colaborado como voluntaria en diversas iniciativas en República Dominicana, India, Nepal y Camboya. La cooperante donostiarra, que se halla estos días en Haití ayudando a las víctimas del huracán 'Matthew', necesita un estómago de hormigón para sobrellevar las diferentes tragedias que experimenta en su rutina diaria, pero revela que el poso final es de fascinación hacia los haitianos: «¡Cada vez estoy más convencida de la grandeza de la gente sencilla! Nos llevan la delantera en humanidad».

¿Cuál es la situación en estos momentos en Haití?

En las zonas devastadas por el huracán 'Matthew', los departamentos de Sud y Grande Anse, la situación es muy compleja. Las casas se han venido abajo y el 80% de las cosechas se han perdido. La gente está desesperada porque lo han perdido todo. Hay más de 500.000 niños afectados.

¿Qué es lo más urgente que necesitan las víctimas?

Agua potable, letrinas, comida y atención médica. Acabamos de estar en un refugio de las montañas donde encontramos a mucha gente herida. Diez días después del huracán aún no han recibido la atención médica para curar los cortes y otras heridas que el huracán les ha provocado. Si queremos frenar que el cólera corra como la pólvora, hemos de dar agua potable y un saneamiento adecuado a la población. Ayer repartimos tabletas purificadoras y jabón en dos comunidades remotas de la montaña muy dañadas por 'Matthew'.

¿Con qué problemas se están encontrando a la hora de recibir y distribuir las ayudas humanitarias?

El acceso es uno de los más notorios. Tras una emergencia las vías de acceso son complejas. Hay puentes destruidos en las carreteras, deslizamientos de tierra... La población está muy dispersa y hay que llegar a todos.

¿Es la cooperación internacional suficiente o hace falta dotarla de un impulso mayor?

Es vital trabajar en el desarrollo de Haití junto con los haitianos para que puedan ser los dueños de su destino. Este es el trabajo que hace Unicef en Haití desde 1949. La cooperación internacional es esencial en un país en vías de desarrollo, pero nosotros deseamos y trabajamos para que un día no nos necesiten.

¿Es eso posible o una utopía?

La cooperación internacional no debería ser la salvación de un país. En un lugar como Haití se comprende que el problema es la pobreza crónica, cuya raíz no es tan simple de explicar. Te voy a poner un ejemplo.

Dígame.

Haití era, en el pasado, un gran productor de arroz, verduras y frutas. Se autoabastecía como país. Hoy en día, en cambio, importa arroz de Estados Unidos a un precio muy alto. Son sistemas comerciales que no entiendo, pero mi sentido común me dice que hay algo que no funciona. Por ello, hace falta que los países, además de enviar ayuda, impulsen otros mecanismos para que Haití salga adelante. Su vecina República Dominicana lo hizo hace unos años.

¿Qué es lo que echan en falta para agilizar el proceso burocrático?

Nuestros compañeros sobre el terreno nos cuentan que los responsables a nivel local de la respuesta en el departamento Sud de Haití, uno de los más afectados, están trabajando contrarreloj. Démonos cuenta de que el huracán fue hace diez días y solo se pudo acceder al terreno tres días después. La población está muy dispersa en los dos departamentos más afectados. Estamos trabajando contrarreloj. Queremos llegar al último niño afectado por el huracán para ayudarle a que tenga lo básico.

¿Cómo funciona la coordinación entre las diferentes instituciones locales e internacionales?

Precisamente ayer pude constatar que el trabajo que estamos haciendo desde Unicef con Oxfam en el área de agua y saneamiento está funcionando muy bien. El trabajo en equipo y coordinación en las emergencias es fundamental. Ayer subimos a la zona montañosa donde aún no había llegado nadie a entregar pastillas potabilizadoras de agua y jabón. Unicef lleva en Haití desde hace más de medio siglo y es muy importante conocer la realidad del país y el terreno, la cultura, las necesidades...

(...)

Llevar tantos años nos ayuda a tener una respuesta humanitaria ágil, rápida y eficaz. Trabajamos estrechamente con el gobierno nacional y local para llevar a cabo nuestro trabajo. Es cierto también que nos gustaría hacerlo mucho más rápido, pero el número total de afectados es de 1,4 millones y la población está muy dispersa.

¿Está habiendo muchos saqueos?

Respondo con una pregunta: ¿si estuviéramos nueve días sin comer y viéramos a nuestros hijos hambrientos, intentaríamos conseguir comida aunque sea robándola de un convoy? Yo lo haría. Hemos oído que está habiendo algún saqueo. La gente está nerviosa, enfadada, hambrienta y desesperada. Los saqueos ocurren, sencillamente, porque la gente está muerta de hambre. Es cierto que hay algún espabilado que aprovecha la ocasión para sacar partido, pero esto no lo he visto aún con mis ojos.

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