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Un rebelde prorruso custodia los restos del avión alcanzado por el misil. :: Maxim Zmeyev / REUTERS
El misil que derribó el avión malasio era ruso

El misil que derribó el avión malasio era ruso

La investigación internacional demuestra que fue lanzado desde territorio ucraniano controlado por rebeldes apoyados por Moscú

RAFAEL M. MAÑUECO CORRESPONSAL

Jueves, 29 de septiembre 2016, 00:54

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moscú. Lo que la Junta de Seguridad holandesa determinó hace justo un año lo ha constatado ahora la Fiscalía de ese país del Benelux: el misil que derribó el 17 de julio de 2014 el vuelo de Malaysia Airlines MH17 era de fabricación rusa, como también el sistema antiaéreo 'Buk' que lo disparó. Una parte del informe ha sido dado a conocer a la prensa y en ella se señala que el lanzamiento del letal cohete, que acabó con la vida de las 298 personas que viajaban a bordo del Boeing 777 malasio, se produjo desde un punto en las inmediaciones del poblado de Pervomaisk, zona controlada entonces y en la actualidad por los separatistas prorrusos. El vuelo MH17 despegó de Ámsterdam con destino a Kuala Lumpur, pero se estrelló al este de la ciudad de Donetsk, cerca de la localidad de Torez.

El resultado de la investigación es claro. La lanzadera 'Buk' fue trasladada a Pervomaisk desde Rusia, para regresar finalmente otra vez al país de origen. Robby Oehler, pariente de uno de los que murieron en la catástrofe, indicó ayer que los familiares de las víctimas fueron informados de «cómo fue transportado el sistema Buk y de cómo las escuchas telefónicas y grabaciones les hicieron llegar a esa conclusión».

Según Oehler, hay cien personas implicadas en el derribo del avión que están siendo investigadas. Al parecer, se ha logrado reconstruir la ruta exacta que siguió el camión- lanzadera 'Buk', entrando y saliendo de Rusia, y sus movimientos dentro de la región rebelde de Donetsk. Estos desplazamientos a través de la frontera fueron negados ayer por el Ministerio de Defensa de Moscú.

El Gobierno de Vladímir Putin sigue estando en desacuerdo con las conclusiones de la comisión de investigación internacional, de la que forman parte especialistas holandeses, australianos, malasios, belgas y ucranianos. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo ayer que los datos de radar desvelados el lunes por su Ministerio de Defensa «descartan que el misil fuera lanzado por separatistas desde el este de Ucrania». Los militares rusos aseguraron tener «pruebas» que demostrarían que los insurgentes nada tuvieron que ver con el derribo del aparato.

Por su parte, la portavoz de Exteriores, María Zajárova, declaró que la Fiscalía holandesa «confirma una vez más que la investigación está siendo parcial y motivada políticamente». Zajárova calificó el informe de «decepcionante». Los rebeldes tampoco lo aprueban. El representante castrense de la autoproclamada República de Donetsk, Eduard Basurin, insistió en lo repetido desde que se produjo el siniestro. «En nuestro arsenal no había esa clase de armamentos ni tampoco los especialistas capaces de manejarlos. Por eso, no pudimos derribar el Boeing», manifestó Basurin a la agencia Interfax.

Lo cierto, sin embargo, es que, horas después de que el avión cayera incendiado aparecieron en YouTube grabaciones de las conversaciones que mantuvieron entre sí los separatistas por teléfono y radio. Celebraban el ataque y creían haber derribado un aparato de transporte militar ucraniano. De hecho, el entonces jefe de los rebeldes, el ruso Ígor Guirkin, más conocido como Strelkov, anunció en las redes sociales el «éxito militar» logrado por sus hombres.

Ataque previo

Un mes antes de aquel terrible suceso, las milicias prorrusas ya habían alcanzado un Iliushin-76 del Ejército ucraniano cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Lugansk. Le dispararon dos misiles y acabaron con la vida de los 49 soldados que se encontraban a bordo.

El Ministerio de Exteriores ucraniano calificaba ayer de «hito importante» el informe de los expertos internacionales y aseguraba que la implicación rusa en los hechos está «probado». El informe afirma que el cohete no alcanzó el avión, sino que explotó en el exterior junto a la cabina de mando. Pero la deflagración fue tan potente que destruyó el morro del Boeing y el fuselaje se partió en el aire.

En el Boeing 777 de Malaysia Airlines viajaban 193 holandeses, 44 malasios, 27 australianos, doce indonesios, nueve británicos, cuatro belgas, cuatro alemanes, tres filipinos, un canadiense y un neozelandés. Todos perecieron. Sus familiares intentan ahora llevar a los tribunales a los responsables de aquella tragedia y confían en que los resultados de las investigaciones ayuden en esa tarea.

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