Saint Etienne no quiere a terroristas

La comunidad musulmana de Saint Etienne du Rouvray, donde esta semana dos hombres irrumpieron en una iglesia y degollaron a un sacerdote, se han mostrado contrarios a permitir que uno de los atacantes, Adel Kermiche, sea enterrado junto a la mezquita de la localidad. Mohamed Karabil, presidente de la asociación cultural musulmana local y responsable de la mezquita, aseguró que su comunidad no participará «ni en los servicios funerarios ni en el entierro» si la familia de Kermiche reclama enterrarlo en sus terrenos. «No vamos a ensuciar el islam con esta persona», declaró. Una opinión compartida por miembros de la comunidad, que consideran «inmundo» lo que ocurrió.

De hecho, la comunión entre fieles cristianos y musulmanes ha sido total en los homenajes organizados ayer en diferentes regiones de Francia para recordar a Jacques Hamel, el sacerdote asesinado. En la localidad en la que se produjo el ataque, un funeral de plegarias en una iglesia cercana a la mezquita completó los actos celebrados el viernes, para los que el Consejo Francés de Culto Musulmán llamó a sus fieles a acudir a las iglesias y la Conferencia Episcopal francesa pidió a las parroquias que los acogieran de forma «fraternal». Además, la comunidad musulmana de Lyon organizó ayer una «marcha de la hermandad» y en Burdeos se celebró una ceremonia ecuménica en honor a Hamel.

Mientras los actos de homenaje se sucedían por todo el país, fuentes judiciales informaron de la detención de un menor de 17 años sospechoso de haber intentado entrar en Siria para unirse al Estado Islámico (EI) junto a uno de los dos asesinos de Normandía. El joven fue inculpado por terrorismo el 24 de julio tras ser entregado a Francia por las autoridades suizas. Ahora se investiga si se puede establecer algún tipo de implicación con el atentado yihadista cometido por Petitjean y Kermiche, con quien viajó a Ginebra en 2015 -y de allí a Turquía para luego ir a Siria-, donde fueron interceptados y obligados a volver a la ciudad suiza para, una semana después, ser extraditados a Francia.