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Varios musulmanes mantienen un minuto de silencio en memoria del sacerdote Jacques Hamel ante la iglesia donde fue degollado. :: efe
Valls admite que sacar de la cárcel al terrorista que atentó en Normandía fue «un error»

Valls admite que sacar de la cárcel al terrorista que atentó en Normandía fue «un error»

El primer ministro galo admite el «fracaso» de la decisión judicial que liberó a Adel Kermiche pero rechaza crear un Guantánamo francés

R. C.

Sábado, 30 de julio 2016, 00:38

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El primer ministro francés, Manuel Valls, reconoció ayer que la decisión judicial de liberar a Adel Kermiche y de someterle a vigilancia electrónica fue un fracaso. A pesar del arresto domiciliario, Kermiche consiguió preparar y llevar a cabo el martes pasado el ataque a la iglesia de Saint Etienne du Rouvray, en el que junto a Abdel Malik Petitjean retuvieron a varias personas y degollaron a un sacerdote.

En una entrevista con el diario 'Le Monde', Valls admitió que el tratamiento dispensado por el sistema judicial al yihadista «fue un fallo, hay que reconocerlo (...), pero no voy a ser yo quien, despreciando todo equilibrio de poderes, caiga en la vía fácil de culpar a los jueces de ese acto terrorista. Cada decisión es de una gran complejidad». Y se permitió un consejo: «Esto debe llevar a los jueces a un enfoque diferente, caso por caso, teniendo en cuenta las prácticas de disimulo de los yihadistas», subrayó.

Después de los atentados en Niza y Normandía este mes de julio, en un país que ya fue víctima de dos ataques en 2015 que causaron 147 muertos en enero y noviembre, el primer ministro aseguró que su lucha contra el terrorismo está abierta a toda propuesta de mejora, siempre y cuando no atente contra el Estado de Derecho. «Encerrar a individuos en centros con la sospecha como única base es moral y jurídicamente inaceptable. Por otra parte, no sería eficaz. Mi Gobierno no va a ser el que cree un Guantánamo a la francesa».

Sin embargo, Valls avanzó que desea «inventar una nueva relación» con el islam y que los imanes sean formados en el territorio nacional. «Hay que inventar una nueva relación con el islam de Francia. Debemos alcanzar un nuevo modelo. (...) Deseo, principalmente, que los imanes se formen en Francia y no en otra parte. Soy partidario de que, durante un periodo por determinar, no pueda haber financiación extranjera en la construcción de las mezquitas», dijo el primer ministro.

Una «mentira de Estado»

Tras una reunión esta semana entre el presidente, François Hollande, y los representantes de diferentes cultos, el rector de la Gran Mezquita de París, Dalil Boubakeur, también sugirió «una cierta reforma en las instituciones» del islam. Con el fin de atajar la propagación de ideas yihadistas, las autoridades ya han cerrado en los últimos meses varias mezquitas consideradas salafistas.

El jefe del Ejecutivo se defendió igualmente de las críticas recibidas por parte de la oposición parlamentaria contra el dispositivo de seguridad tras los atentados en Niza el 14 de julio y en la iglesia normanda de Saint Etienne du Rouvray el día 26, y pidió que cesen «las acusaciones graves y nauseabundas sobre una presunta mentira de Estado». Manuel Valls subrayó que las primarias en la derecha y las elecciones presidenciales de 2017 no justifican tal actitud, en una referencia concreta al expresidente y jefe de la oposición Nicolas Sarkozy, de quien dijo que «ha perdido los nervios».

Ante lo que considera una polémica política, destacó que «mantenerse lúcido ante la amenaza es no caer en el populismo». No obstante, y sin contemplar un cambio de estrategia cada vez que Francia se vea golpeada por un atentado, sí planteó abrir el debate. El primer ministro consideró que en el caso del atentado de Normandía se ha dado un paso más al degollar a un sacerdote dentro de un templo católico. Los terroristas tenían como objetivo una «guerra de religión», pero insistió en que la respuesta debe ser el rechazo del odio y de la demagogia, ante un enemigo que «es un proto-Estado incompleto pero que ha sometido a diez millones de personas».

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