Borrar
Partidarios de Erdogan custodian a militares involucrados en el golpe fallido.
Turquía detiene a 2.839 militares y destituye a 2.745 jueces, acusados de respaldar el golpe

Turquía detiene a 2.839 militares y destituye a 2.745 jueces, acusados de respaldar el golpe

El presidente turco anuncia la aplicación del "máximo castigo" a quienes querían derrocarle

colpisa / agencias

Viernes, 15 de julio 2016, 22:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El intento de golpe de Estado en Turquía en la noche del viernes ha fracasado y se ha saldado con 265 muertos, 1.440 heridos y 2.839 militares detenidos, según ha informado el jefe de las Fuerzas Armadas de Turquía en funciones, Umit Dundar. El presidente Recep Tayyip Erdogan ya ha anunciado que aplicará el "máximo castigo" contra los responsables de la asonada militar que buscaba derrocarle. El dirigente islamista se enfrentó a su prueba más dura y sale reforzado tras unos momentos de gran incertidumbre. Solo en Ankara se han entregado alrededor de 700 uniformados, según la agencia Anatolia. Un total de 150 golpistas han sido detenidos en el cuartel general del Ejército turco en Ankara, sede principal de las Fuerzas Armadas. Entre los arrestados en esa ciudad figura el excomandante del Estado Mayor de la Fuerza Aérea turca Akin Ozturk, uno de los presuntos jefes de la asonada militar.

El primer ministro turco, Binali Yildirim, ha prometido que el Gobierno revisará el actual marco legal para dar la "mejor respuesta" a la rebelión. Yildirim ha descrito la asonada como una "mancha negra" en la historia de Turquía, si bien ha destacado que su derrota demuestra el compromiso del país con la democracia. En este sentido, ha dado por derrotado el golpe y ha confirmado que las autoridades legítimas, tanto militares como políticas, tienen pleno control de la situación. En la misma línea se ha pronunciado Dundar, que ha asumido temporalmente el mando de las Fuerzas Armadas tras el secuestro del jefe del Estado Mayor, Hulusi Akar, aunque ha admitido que siguen activas operaciones de seguridad.

Como parte de esas operaciones, las autoridades turcas han sellado la base militar de Incirlik, en el sur del país, donde se hallan contingentes militares y cazas estadounidenses y europeos. Dicha base está emplazada cerca de la ciudad de Adana, a apenas 160 kilómetros de la zona dominada por el Daesh, por lo que es un punto estratégico en la lucha contra este grupo terrorista. Su cierre ha obligado al Pentágono a suspender temporalmente los vuelos de su misión contra el Daesh.

El jefe del Ejecutivo ha apuntado en su comparecencia que la pena de muerte no existe actualmente en el Código Penal turco, pero ha advertido de que las autoridades estudiarán cambios en la legislación para que sucesos como el de la pasada madrugada no vuelvan a tener lugar.

La Presidencia de Turquía, por su parte, ha llamado en Twitter a la ciudadanía a seguir en las calles ante el riesgo de que se produzca un "nuevo" movimiento contra el Gobierno. Mientras tanto, el parlamento, que resultó dañado en una serie de bombardeos durante la noche, se ha reunido en sesión extraordinaria en Ankara.

Ocho detenidos en Grecia al llegar en un helicóptero militar turco

  • Un helicóptero militar turco aterrizó este mediodía en el aeropuerto griego de Alexandrúpolis y sus ocho tripulantes han solicitado asilo político.

  • Según informaciones de la televisión pública, el aparato entró en el espacio aéreo griego y al no tener un plan de vuelo oficial, pidió permiso para realizar una aterrizaje de emergencia. Las autoridades aéreas griegas se lo concedieron, si bien durante la maniobra de aterrizaje el helicóptero fue acompañado por dos cazas de las fuerzas aéreas helenas.

  • De los ocho tripulantes, siete llevaban uniformes militares, mientras que uno iba vestido de civil. Según los medios helenos, la policía griega los ha detenido por entrar en el país de forma ilegal.

  • El Gobierno griego anunció que analizaría la solicitud de asilo, pero el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, ha señalado esta tarde que Grecia entregará a las autoridades turcas a los ocho "traidores".

  • Además, un grupo contrario al Gobierno turco se ha hecho con el control de una fragata en la base naval de Golcuk (noroeste del país) y mantiene como rehén al jefe de la flota militar, según una fuente militar griega citada por la agencia de noticias Reuters.

Estructura paralela

Yildirim ha atribuido el golpe a una "estructura paralela", una alusión que se ha repetido en las diferentes reacciones de las autoridades al intento de golpe de Estado, incluida la del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. El Gobierno islamista se refiere de esta forma a los seguidores del clérigo Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos y acusado de conspirar contra las actuales estructuras del Estado turco. De hecho, el presidente otomano ha pedido al gobierno norteamericano la extradición de Gülen. "Que nos entreguen al personaje de Pensilvania. Estados Unidos debe extraditar a esa persona", clamó Erdogan en referencia al clérigo durante una comparecencia ante miles de sus seguidores en una céntrica plaza de Estambul. Si bien, éste ha reaccionado condenando la sublevación de forma inmediata y diciendo que no tenía nada que ver.

De momento, el Alto Tribunal de Jueces y Fiscales, la más alta instancia judicial del país, ha tomado la decisión de destituir a 2.745 jueces porque serían afines a la "estructura paralela", según informa la televisión turca NTV. Diez de ellos pertenecen al 'Danistay', uno de los organismos supremos de la Judicatura turca y máxima autoridad para contenciosos administrativos. También ha sido detenido Alparslan Altan, juez del Tribunal Constitucional.

Yildirim ha avisado de que cualquier país que apoye al clérigo Fethullah Gülen no será un amigo de Turquía, hasta el punto de que sería como si estuviese en "guerra", y ha criticado abiertamente a Estados Unidos por albergarle en su territorio. Un país que acoge al "líder del Estado paralelo" no puede ser un amigo de Turquía, ha señalado el primer ministro turco. Washington ha asegurado que ayudará a Ankara en la investigación sobre el golpe de Estado fallido e invita a las autoridades turcas a presentar pruebas contra Gülen, ya que sobre él no pesa ninguna petición de extradición.

Gülen ha rechazado "categóricamente" estar detrás de la rebelión militar. "El Gobierno debería ganarse mediante un proceso de elecciones libres y justas, no por la fuerza", ha subrayado en un comunicado en el que ha abogado por una resolución "pacífica".

Apoyo internacional

El intento de golpe de Estado se ha topado con el apoyo internacional al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan y la demostración de fuerza de los seguidores del presidente en las calles, que han evitado el éxito del levantamiento militar. Erdogan llegó en un vuelo al aeropuerto Atatürk de Estambul a las 2.30 de la mañana.

A partir de la 01.00 horas de la madrugada, los soldados rebeldes han comenzado a retirarse de posiciones estratégicas como el aeropuerto o la televisión nacional, que retransmitía con normalidad. "El intento de golpe ha fracasado. A partir de mañana los responsables del intento serán juzgados por traidores", ha afirmado a los medios Nuh Yilmaz, subsecretario de Prensa del Servicio de Inteligencia de Turquía (MIT), cuya sede fue atacada por helicópteros militares y armas pesadas, hiriendo al menos a tres personas.

Los tanques que habían tomado posiciones frente al aeropuerto Atatürk de Estambul, el más importante de Turquía, se retiraron, así como los soldados que custodiaban las instalaciones. El aeropuerto ha sido tomado por la Policía y por cientos de civiles.

Levantamiento de una facción

A primera hora de la noche, una facción del Ejército turco se ha levantado contra el Gobierno de Erdogan, tomando los principales puntos neurálgicos de Estambul y Ankara. Fue en Ankara donde se registraron enfrentamientos armados.

Horas después de que los puentes que conectan las partes asiática y europea de Estambul, primer síntoma visible del intento de golpe, Recep Tayyip Erdogan salió por televisión en varias cadenas en una conexión surrealista. Escondido, apareció a través del teléfono de una de las presentadoras afirmando que todavía ostentaba el poder. El entorno donde estaba Erdogan indicaba todo lo contrario. Una imagen con un fondo blanco, neutro. Solo se sabía que estaba en Mármaris -sudoeste del país- de vacaciones. Y sus declaraciones sirvieron para incendiar los ánimos de sus partidarios.

«Insto a nuestra gente, a todo el mundo, a que llene las plazas del país para dar al Ejército la respuesta necesaria», afirmó de forma airada. «Este golpe de Estado nunca tendrá éxito. Tarde o temprano será eliminado. Vuelvo a Ankara», indicó el presidente islamista. «Van a recibir la respuesta de la nación y van a pagar un alto precio por actuar contra la nación», apuntó Erdogan que recordó a sus soldados que era el comandante en jefe. «Sin mi autorización el Ejército no puede hacer nada», aseveró.

Sus partidarios le hicieron caso y salieron a las calles de las ciudades turcas con banderas nacionales y del Partido de la Justicia y el Desarrollo. Al tiempo, una explosión sacudía el centro de Ankara, donde se producían enfrentamientos armados a la puerta del Parlamento y en el Estado Mayor. En Estambul se produjeron varios disparos al aire. «Invito a la gente a saltar sobre los tanques. A ir a las plazas de Ankara», íncitó el ministro de Justicia, Bekir Bozdag.

Era la respuesta de los dirigentes del Gobierno a los militares golpistas, que dieron por seguro el éxito del levantamiento. «El Ejército se hizo cargo totalmente para restaurar la democracia. Todos los acuerdos internacionales seguirán vigentes. Esperamos mantener nuestras buenas relaciones con todos los países», señaló el Estado Mayor del Ejército en una nota. Un máximo organismo que tenía a su jefe, el general Hulusi Akar, retenido, pero que después fue puesto en libertad.

Además, calificó a Erdogan de «traidor», declaró la ley marcial y un toque de queda para todo el pais. En el comunicado, el Ejército asegura que el país será gobernado por el llamado 'Consejo de Paz en Casa' para darle «a todos los ciudadanos todos los derechos y restablecer el orden constitucional».

Este intento de golpe de Estado tuvo su primer movimiento visible con el cierre de los puentes Bósforo y Fatih Sultan Mehmet, las dos arterias que unen la parte asiática de Estambul con su parte europea, aunque solo hacia el Viejo Continente. En principio, parecía una medida preventiva de las autoridades turcas con motivo del atentado de Niza para evitar un nuevo ataque terrorista. Sin embargo, la situación era diferente.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios