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Partidarios de la Unión Europea se manifiestan contra el 'brexit' en Londres. :: JUSTIN TALLIS / afp
Comienza la era de  la Europa de los 27
Próxima reunión

Comienza la era de la Europa de los 27

Los líderes se reúnen por primera vez sin Reino Unido, que «no recibirá un acuerdo comercial a la carta»

ADOLFO LORENTE

Jueves, 30 de junio 2016, 00:29

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Hay gestos que valen más que mil discursos y ayer, la cosa iba de gestos, de imágenes. 29 de junio de 2016, historia pura. La foto se llamaba 'Los Veintisiete' y así fue. El futuro será a 27. Más tarde o más temprano, pero a 27. Goodbye Reino Unido. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reunieron por primera bajo este formato para consensuar una respuesta contundente a Londres y empezar a definir que quiere ser la UE de mayor.

La maquinaria se ha puesto en marcha y la próxima cita, como desveló el presidente del Consejo, Donald Tusk, será el 16 de septiembre en Bratislava ya que Eslovaquia ocupará la presidencia rotatoria comunitaria en el segundo semestre del año. Lo que sí dejaron claro es que no habrá un cambio de Tratados -así lo remarcó Angela Merkel- y que no se pondrán encima de la mesa más reformas. «Más Europa en lo necesario y menos Europa en aquello innecesario», recalcó la canciller. «No es momento de innovar sino de materializar todo lo propuesto», zanjó el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.

Si Reino Unido pensaba que Europa aceptaría renegociar el acuerdo de febrero o pastelear un acuerdo comercial a medida tras consumar su salida del club, sus todavía socios le dieron un sonoro portazo. Se lo dijeron a David Cameron durante la cena del martes y lo pusieron ayer negro sobre blanco en una declaración de siete puntos. Sencillo. «El acceso al libre mercado de la UE (vital para las exportaciones británicas) está condicionado a que se respeten sin atajos las cuatro libertades fundamentales del proyecto comunitario: la libre circulación de personas, servicios, mercancías y capitales.

Una postura negociadora de máximos que busca, por un lado, dar un escarmiento a los históricos desplantes de Londres y, por otro, marcar el terreno de juego a quienes adentrarse en aventuras similares. El propio 'premier' británico reconoció el martes que la cosa pinta muy mal para su país y recordó, por ejemplo, que si perdieron el referéndum del 'brexit' fue sobre todo por la política migratoria impulsada por Bruselas. Ganó el 'leave' porque apostaron por cerrar las fronteras, para acabar con la libre circulación de personas. Ya saben, 'primero los de casa y después, los de casa otra vez', reza el 'leitmotiv' de los populismos que tanto están ganando terreno en toda Europa. Pese a todo, la UE institucional no negociará con la libre circulación de personas. Nada de privilegios.

Francia e Italia, muy duras

Respecto al proceso de divorcio, los líderes recordaron que debe hacerse a través del artículo 50 del Tratado y que el procedimiento, aunque es decisión británica, debería activarse lo antes posible. Se hablaba de octubre o incluso finales de año, pero el presidente francés, François Hollande sugirió que podría ser en septiembre. Y mientras Londres no dé un paso al frente, «no puede haber ningún tipo de negociación hasta que se produzca la notificación». El proceso de salida durará al menos dos años y el diseño de la nueva relación entre ambos bloques, quizá cinco o diez. «Esperamos que en el futuro sea un socio cercano de la UE. Cualquier acuerdo que se alcance con el Reino Unido como país tercero deberá basarse en un equilibrio entre derechos y obligaciones», subraya la declaración.

Mientras Merkel mantiene un discurso firme pero pragmático, Hollande y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, son dos de las cabezas visibles del bloque que aboga por atar en corto a Londres sin miramientos. «Si la decisión en el marco de las negociaciones es que salen del mercado único, no hay ninguna razón para que Europa, y todavía menos la Eurozona, permita que un país que no es miembro de la Unión y que nunca lo fue del euro, pueda seguir haciendo operaciones en euros», recalcó el presidente francés. «No es Francia lo que ha provocado el 'Brexit'. Son los británicos los que han planteado la cuestión de si debían irse o quedarse, y han respondido», dijo.

Renzi, preguntado por si comparte la dureza gala o si prefería adoptar un rol más amable, recalcó que «no se puede ser más amable que Hollande». «No hay que ser duros, sino claros. No es posible hacer como si no ha cambiado el mundo. Han elegido, lo lamento, pero al final será peor para ellos, porque pienso que esta decisión tendrá consecuencias prácticas en su contra», barruntó.

Ya de cara al futuro, el mensaje fue claro: unidad, unidad y unidad. Quedamos 27 y seremos tan fuertes como siempre. Sigue la batalla del relato.

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