AfD la emprende contra el futbolista alemán Boateng

La populista y emergente Alternativa para Alemania (AfD) dejó ver ayer lo que se esconde tras su máscara de partido que pretende representar los intereses de los insatisfechos en Alemania por boca de su presidente, el abogado, periodista e historiador Alexander Gauland, que tuvo un notable patinazo xenófobo y dio pie a un nuevo aluvión de críticas contra su persona y la formación que representa. «La gente encuentra que es un buen futbolista, pero nadie quiere tener a un Boateng como vecino», dijo Gauland en referencia al jugador negro de la selección nacional alemana Jerome Boateng, hijo de madre alemana y padre ghanés, según declaraciones recogidas por el dominical Frankfurter Allgemeinen Sonntagszeitung (FAS).

El exabrupto y el consecuente escándalo resultaron tan notables que Gauland trató de recular y retractarse y aseguró que «jamás he ofendido al señor Boateng como insinúa el FAS». Su problema es que los dos periodistas del rotativo de Fráncfort grabaron la conversación y conservan la cinta con la frase comprometedora. En su defensa salió la presidente de AfD, Frauke Petry, quien se disculpó ante el futbolista y trató de minimizar el comentario de su correligionario: «El señor Gauland no recuerda si hizo esa declaración. Con independencia de ello, me disculpo ante el señor Boateng por la impresión que ha podido dar».

Sin embargo, la avalancha de críticas no se hizo esperar. El ministro federal de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, calificó el comentario de Gauland de «inaceptable» y señaló que «quien habla así se desenmascara a sí mismo y no sólo como pésimo vecino». Y la vicepresidenta de la Unión Cristianodemócrata, Julia Klöckner, aseguró preferir a «Boateng antes que a Gauland como vecino», además de comentar que los políticos de la Alternativa para Alemania actúan sistemáticamente de la misma manera: «Primero ofenden y provocan y luego tratan de relativizar lo dicho».

También desde el deporte hubo duras críticas al vicepresidente de AfD. El presidente del Bayern Múnich, Karl Heinz Rummenigge, dijo a su vez que «la discriminación no tiene espacio ni en el deporte ni en la sociedad y se merece la tarjeta roja». Y el máximo mandatario de la Bundesliga alemana de fútbol, Reinhard Rauball, calificó al político de «irresponsable» por «alimentar prejuicios de manera peligrosa y hacer política a costa de un futbolista famoso». Comentaristas de algunos medios como el rotativo Die Welt se preguntaban además si Gauland puede permitirse el lujo de ser vecino de Boateng.

Las declaraciones de Gauland se producen pocos días después de otro escándalo a costa de los futbolistas de origen migratorio de la selección alemana de fútbol. Seguidores de los 'Patriotas europeos contra la islamización de occidente' (Pegida) iniciaron una campaña en las redes sociales para hacer comentarios racistas contra jugadores cuyas fotos de niños aparecen en las chocolatinas de Kinder.