Borrar
Estado en el que quedó el coche.
La juerga y la rocambolesca fuga del conductor accidentado en Las Pedrizas

La juerga y la rocambolesca fuga del conductor accidentado en Las Pedrizas

El hombre, que está huido, abandonó malherido a su acompañante, ocultó el siniestro al pedir auxilio y, para justificar las lesiones, dijo que le pegó la policía

Miércoles, 25 de abril 2018, 00:25

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El coche quedó hecho un acordeón tras salirse de la autovía y caer por un terraplén de unos 30 metros. Acabó volcado sobre el lateral izquierdo en el cauce del río Guadalmedina, que apenas lleva agua. Cuando llegaron los bomberos, avisados por un vecino, encontraron malherido a un joven, vecino de Riogordo, en el asiento del acompañante. Aunque no hallaron ni rastro del conductor, sí que encontraron indicios del que podía ser el motivo de su huida: había media docena de botellas de cerveza vacías desperdigadas por los alrededores (salieron volando en el accidente) o en el interior del vehículo. En el maletero quedó otra botella de Vodka Smirnoff.

Con el paso de las horas, los investigadores de la Guardia Civil de Tráfico, que siguen buscando al conductor, van logrando reconstruir lo que pudo suceder en torno a las dos de la madrugada del sábado al domingo. Los dos ocupantes del vehículo regresaban a Riogordo. El coche circulaba por la A-45 en sentido Antequera cuando, a la altura del punto kilométrico 131,500, pasados tres kilómetros de la venta Cotrina, se salió de la vía y cayó por el terraplén, dando varias vueltas de campana hasta acabar volcado sobre el lecho del río. Todo apunta a que el conductor pudo saltar del automóvil en marcha, mientras que su acompañante quedó atrapado dentro del habitáculo.

La botella de vodka.
La botella de vodka.

Poco después, el conductor, británico, de 35 años, se presentó magullado y con contusiones en la puerta del hostal Ciudad Jardín, en el Camino de Casabermeja. Llamó a la puerta y pidió ayuda. El empleado de la recepción se asustó al verlo y decidió llamar al 091. Una patrulla de la Brigada de Seguridad Ciudadana acudió al lugar y se entrevistó con el herido. Al parecer, el individuo manifestó que había sido agredido por «la policía», sin especificar más. No mencionó ni una sola palabra del accidente. Ni tampoco de su acompañante, al que había abandonado malherido dentro del coche.

Los funcionarios trasladaron al sujeto en su propio coche patrulla hasta el Hospital Carlos Haya, donde fue asistido en urgencias de las lesiones que presentaba. Lo dejaron un rato en observación, aunque las heridas eran de carácter leve. Allí contó la misma versión que había dado a los agentes: que le había pegado la policía. A los galenos, no obstante, les escamó su historia. Las lesiones no eran compatibles con una agresión, sino con un accidente. Sin embargo, hasta ese momento, no se tenían noticias de que éste se hubiera producido.

Hallazgo del turismo

Fue a las ocho de la mañana cuando un vecino descubrió el coche destrozado sobre el cauce del río y comprobó que había una persona atrapada dentro. Efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos (CPB), ubicado en Colmenar, lograron extraer al hombre del habitáculo. Los sanitarios del 061 consiguieron estabilizarlo para su traslado en ambulancia a Carlos Haya con un traumatismo craneoencefálico (tenía parte del cráneo aplastado) y hemorragias internas.

El paciente ingresó directamente en la UCI. Su estado era muy grave. Aun así, pudo conversar brevemente con alguna de las personas que lo asistieron durante el rescate. El joven, de 35 años, contó que había estado de fiesta en Fuengirola con un conocido, británico para más señas, y que sufrieron un accidente al regresar a la localidad axárquica.

Los investigadores, con ayuda del personal del hospital, no tardaron en relacionar el suceso con el inglés que horas antes había estado en urgencias por la supuesta agresión policial. Sin embargo, cuando fueron a buscarlo, ya había recibido el alta. Y había desaparecido sin dejar rastro. La principal pista, por el momento, es el coche, un Seat Toledo del año 2015 alquilado en un rent a car de la capital por otro británico sexagenario residente en Riogordo.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios