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Júzcar mantiene su fisonomía tras la marcha de los pitufos.
Los empresarios de Júzcar buscan nuevos reclamos turísticos tras la desaparición del pueblo pitufo

Los empresarios de Júzcar buscan nuevos reclamos turísticos tras la desaparición del pueblo pitufo

El municipio, que pasó a denominarse la 'Aldea Azul', trata de reconvertirse para seguir atrayendo visitantes

maría garcía

Lunes, 2 de julio 2018, 00:09

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Empresarios de la localidad serrana de Júzcar han mostrado su preocupación por el desconocimiento que los potenciales turistas mantienen sobre el que ha sido durante varios años el 'Pueblo Pitufo', reconvertido ahora en la 'Aldea Azul'.

En concreto, el chef y propietario del Hotel Bandolero, Iván Sastre Pascual, ha explicado que numerosas personas se ponen en contacto con su establecimiento dando por hecho que el pueblo sigue siendo blanco. «Todos los días llaman para preguntarnos si el pueblo ya no es azul, si es verdad que ya se ha terminado», dijo Sastre. En este sentido, el empresario también especificó que «hay muchos rumores que no son ciertos y que lo único que consiguen es dañar al municipio e incluso ha bajado el número de visitantes».

Se han puesto en marcha actividades al aire libre pensadas para los jóvenes y el turismo familiar

Con el objetivo de poner fin a esta situación y conseguir impulsar a la 'Aldea Azul', Sastre ha convocado a sus compañeros empresarios a una reunión que se celebrará el próximo 6 de julio, donde se pretende marcar una estrategia común ya que el nuevo nombre supone el comienzo de «una nueva etapa en la que hay que luchar entre todos e ir todos a una».

Juzcar renovó su imagen en junio de 2011, dejando atrás la blancas paredes de cal con motivo del estreno mundial de la película 'Los Pitufos'. Lo que en un comienzo iba a ser algo puntual, pasó a ser definitivo tras una consulta popular en diciembre del mismo año, en la que los juzcareños decidieron prorrogar el nuevo color de sus fachadas al haber encontrado beneficios económicos y lúdicos sobre la anterior situación. Este hecho supuso un gran cambio para la pequeña localidad malacitana de apenas algo más de 200 habitantes, que pasó a recibir una media de 50.000 visitantes al año desde el año del estreno de la primera película, además de los numerosos puestos de trabajo que se han creado desde entonces.

La polémica apareció el pasado año cuando el pueblo quedó desautorizado para denominarse como Pueblo Pitufo, después de surgir problemas con los propietarios de los derechos de explotación de la marca. A raíz de esto, la imagen de Júzcar se relanzó bajo el nombre 'Aldea Azul', manteniendo el color de las casas y las estatuas en la calle . Además, mediante el Plan de Dinamización Turística de la Diputación de Málaga, se ha puesto en marcha un amplio programa de actividades al aire libre especialmente pensadas para los jóvenes y el turismo familiar, con tirolinas, puentes tibetanos o rutas senderistas entre otras iniciativas.

El hecho de haber mejorado la oferta es lo que ha llevado a Iván Sastre a querer acabar con cualquier duda sobre Júzcar: «Es un tren que pasa una vez en la vida, y ya que nos hemos subido, tenemos que hacer todo lo posible para mantenernos ahí». Sastre añade que «el beneficio es para todos. Para los visitantes, para los ciudadanos y para toda la Serranía de Ronda».

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