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La central Tajo de la Encantada Salvador Salas / Pedro J. Quero

Así funciona la central hidroeléctrica del Chorro

Tajop de la Encantada es una de las más potentes de España, que puede producir energía para abastecer a casi toda la ciudad de Málaga

Ignacio Lillo

Málaga

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Domingo, 18 de febrero 2018, 02:02

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El mecanismo es aparentemente sencillo: cuando la electricidad está barata y no se usa (por ejemplo, una noche con viento, cuando las eólicas inyectan a la red y no se consume) el agua se bombea desde un embalse inferior hasta otro superior. Se almacena y después, cuando hay máxima demanda, se deja caer para generar grandes cantidades de electricidad. La central hidroeléctrica Tajo de la Encantada, de Endesa, se encuentra en el paraje del Chorro, muy cerca del Caminito del Rey, y es una de las más importantes de España en su categoría. Se acaba de someter a una importante renovación tecnológica para garantizar su funcionamiento al menos por otras tres décadas, y es una fuente básica de abastecimiento energético para la provincia. La potencia total es de 400 megavatios (400.000 kilovatios) y, puesto que el contrato medio de una vivienda normal son 3.300 vatios, unos 120.000 hogares se podrían abastecer directamente mientras está en funcionamiento. Es prácticamente toda la población de la ciudad de Málaga. De la mano de Andrés Muñoz y Antonio Velasco, ingenieros de Endesa y responsables de la gestión y explotación de esta y otras instalaciones de la zona, SUR se adentra en esta fábrica ecológica de electricidad.

Tajo de la Encantada se construyó en 1973. Es una central de bombeo puro, por lo que funciona como un ciclo cerrado, gracias a máquinas reversibles. «Las turbinas bombean el agua del vaso inferior a un depósito superior en la cima de la montaña, y cuando las condiciones de la red y del mercado lo requieren, se deja caer por una tubería forzada, incide sobre las mismas turbinas y generan energía eléctrica», explican. El agua no se pierde ni se consume, sino que vuelve a acumularse abajo. Para funcionar, necesita disponer de unos tres hectómetros cúbicos. Para el bombeo hacia el vaso superior se aprovecha cuando hay excedente de producción. «Las centrales eólicas pueden generar durante la noche, porque hay viento, pero apenas hay consumo». En cambio, cuando la red está más necesitada de potencia por el tirón de la demanda, y los precios son mas atractivos, se produce electricidad «con un valor añadido».

Los técnicos aclaran que está diseñada desde sus inicios como un equipamiento de emergencia. En caso de dificultades, por caída de tensión o pérdida de otras fuentes, como las térmicas y nucleares, esta central mantiene la red de distribución en muy alta tensión. En origen, produce energía a 13,8 kilovoltios (13.800 voltios) y, a través de transformadores se cambia a 220.000 voltios. Luego, la subestación de Tajo de la Encantada, de Red Eléctrica de España, la transforma a su vez a 400.000 voltios, para introducirla en los anillos mallados que unen todas las grandes centrales y subestaciones de la red eléctrica nacional. En Andalucía, Endesa tiene dos plantas de este tipo, la citada y otra en Sevilla (Guillena). En el Pirineo hay varias más, a las que se suman las de Iberdrola y Acciona. En total, son 14 en todo el país.

Técnicos trabajan en la sala de control de la central hidroeléctrica Salvador Salas
Imagen principal - Técnicos trabajan en la sala de control de la central hidroeléctrica
Imagen secundaria 1 - Técnicos trabajan en la sala de control de la central hidroeléctrica
Imagen secundaria 2 - Técnicos trabajan en la sala de control de la central hidroeléctrica

Una cuestión clave que hay que tener presente, según los expertos, es que el funcionamiento no es continuo, sino puntual. «Puede abastecer durante ocho horas, pero cuando se descarga el agua de la presa superior hay que reponerla». La central tiene capacidad para atender las horas punta de la demanda de la capital malagueña, que se producen entre las 13.00 y las 17.00, y desde las 19.00 a las 22.00, aunque varía entre el invierno y el verano. Por tanto, no funciona a diario, sino a demanda, en función del mercado y de la posibilidad de aprovechar otras fuentes, especialmente la eólica. «Hay semanas en las que hay mucho viento y se queda parada». Además, mientras no sobre energía no se puede bombear hacia arriba para preparar la descarga.

Un supergrupo electrógeno

«Los bombeos se diseñaron en los años 70 como soportes de emergencia, para evitar apagones. Ahora, el mercado ha cambiado, pero su función principal sigue siendo el mantenimiento de la estabilidad de la red, antes que el abastecimiento directo». De ahí que una de sus funciones principales sea la de soporte para las centrales nucleares y térmicas. Si hubiera un gran apagón, esta arrancaría para darle servicio a las térmicas de Los Barrios (Cádiz) y Carboneras (Almería), que suman 1.500 megavatios de potencia, para que puedan ponerse en funcionamiento. «Es como un supergrupo electrógeno de las grandes térmicas y nucleares, que no pueden arrancar de forma autónoma». A juicio de los ingenieros, estas infraestructuras marcan la diferencia entre los países desarrollados y los que no lo son, porque demuestran que hay una planificación estratégica. Esta permite, por ejemplo, la construcción del AVE, de aeropuertos e industrias, «porque existe una red segura».

Central subacuática

Una de las referencias que más llama la atención de los visitantes en el paraje del Chorro es la torre que corona la montaña, junto a la que está la presa superior. Se trata de la chimenea de equilibrio, con ocho metros de diámetro, 50 metros de altura a la vista y otros 50 bajo tierra, que se conecta directamente con la tubería de la captación de agua. Su explicación es esta: cada una de las cuatro turbinas consume entre 25 y 27 metros cúbicos, esto es, más de 25.000 litros, por segundo. Esa masa produce mucha energía, sobre todo si fuera necesario cerrar las compuertas, por un cortocircuito o un evento en la red. «Al cerrar un grifo muy rápidamente, la tubería puede temblar e incluso reventar», ponen como ejemplo. Esa sobrepresión hay que aliviarla, y para eso sirve la chimenea. Los casos de parada de emergencia son muy puntuales.

La tubería también tiene unas características especiales: comienza con un diámetro de 5,40 metros, y a medida que se acerca a las turbinas va disminuyendo, para aumentar la presión, hasta bifurcarse, primero en dos y luego en cuatro, una para cada máquina. Tiene unos 1.500 metros de longitud, con un tramo subterráneo y otro al aire, y 380 metros de salto.

En cifras

  • 400 megavatios es la potencia nominal de la planta, a razón de cuatro turbinas de 100 megavatios cada una

  • 120.000 hogares se podrían abastecer desde esta central durante las ocho horas que llega a operar al día

  • 14 centrales de bombeo como esta existen en España. La de Málaga es una de las más importantes

  • 1.500 metros de longitud tiene la tubería que comunica el embalse superior y el inferior, con 380 metros de desnivel.

  • 3 hectómetros cúbicos de agua necesita la central para funcionar. Esta no se pierde, sino que se bombea hacia la presa superior o se deja caer en función de las necesidades

Finalmente, la visita llega a la central en sí, que funciona como un submarino puesto que está totalmente sumergida en el embalse inferior. Tiene la longitud de un edificio de 15 plantas, unos 50 metros de profundidad. Allí están las cuatro turbinas, de las que cada una desarrolla 120.000 caballos de potencia. Con estas magnitudes, todo está calibrado de acuerdo a complejos cálculos físicos para producir tales cantidades de luz.

La central se integra en un sistema más amplio de aprovechamiento ecológico de los caudales para generar energía. Y no sólo eso, sino que el contraembalse de Tajo también sirve como vaso de mezcla de las presas del Guadalhorce y Guadalteba. El agua está salinizada y es necesario mezclarla antes de enviarla para su tratamiento en El Atabal.

Inversión millonaria para renovar la planta

Este tipo de máquinas funcionan en un sentido para subir el agua, y en el contrario, para bajarla. Son muy voluminosas y pesadas. Cada vez que arrancan, las masas polares del alternador giran. «Es como un alambre que se dobla continuamente», explican los ingenieros Andrés Muñoz y Antonio Velasco, responsables de la central de Endesa. Eso produce una fatiga del material, y cada cierto tiempo hay que verificar si hay principios de fractura. Eso ocurrió en la última revisión, hace tres años, y entonces se hizo una previsión de la vida útil restante, con la ayuda de la Universidad de Stuttgart (Alemania), que predijo un número de arranques que no se debía superar por seguridad.

Ante esta situación, se hizo un proyecto, de la mano del fabricante de los grupos, que es Alstom, y que consistió en eliminar el cuerpo central de los rotores (las llantas, los soportes metálicos cilíndricos) donde se apoyan las masas polares. Para ello, se han sacado los cuatro alternadores, se han sustituido las llantas, y se han vuelto a calar los polos. Endesa acaba de invertir en la operación cinco millones de euros. Hace una década ya se aportaron otros 15 millones en reparar los estátor, la parte fija de los alternadores. Tras esta puesta a punto, la central hidroeléctrica Tajo de la Encantada está ahora preparada para prestar al menos otros 35 años más de servicio.

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