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Vista de la excavación de los restos históricos en el centro de Cártama, emplazamiento del futuro parque arqueológico.
Cártama quiere convertir su pasado en un factor de crecimiento turístico

Cártama quiere convertir su pasado en un factor de crecimiento turístico

El futuro Parque Arqueológico forma parte de un ambicioso proyecto en el que también se incluye el museo del municipio

Fernando Torres

Domingo, 23 de abril 2017, 00:43

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«En el mismo sitio se pueden ver construcciones de muchas épocas, entre el siglo VIII a.C. y el siglo XVI d.C.». Paco Melero es el arqueólogo responsable de las excavaciones que se llevan produciendo durante varios años en el centro antiguo de Cártama, y es el encargado de ordenar los 2.400 años de historia que se acumulan en el municipio. Ahora, el Ayuntamiento está desarrollando un ambicioso proyecto en el que convertir los restos del pasado cartameño en un parque arqueológico. Junto al futuro museo de la ciudad, el recinto será la punta de lanza del turismo en la localidad, acompañado de su gastronomía y las diferentes rutas senderistas, que son actualmente los principales reclamos.

Juan Rodríguez, concejal de Deportes, Juventud, Infancia y Turismo, explica que todo el proyecto está recogido en un plan estratégico de cultura y turismo, «donde se plantean todos los pasos a seguir a raíz de los descubrimientos que han ido saliendo y que aumentan cada día». Según Rodríguez, el principal objetivo del parque es «poner en valor el pasado de Cártama entre sus vecinos, haciéndolos partícipes de su historia». Además, desde el Consistorio consideran que será una gran oportunidad para atraer visitas del resto de la provincia y también de Andalucía, ya que las características históricas del municipio lo hacen «único» en materia cultural.

Actualmente el proyecto continúa en «fase de construcción», ya que es necesario adquirir varios inmuebles bajo los cuales los expertos creen que hay más restos arqueológicos. Además, la idea final es que el parque esté conectado con el nuevo museo de Cártama, cuya inauguración está prevista para este año. De esta manera, la historia del municipio estaría reunida en un gran complejo, integrado a la perfección con el casco antiguo.

Durante las excavaciones, los restos arqueológicos que ya están clasificados e identificados están abiertos al público, aunque de una forma poco ortodoxa, ya que el recinto no está habilitado para tal fin. Paco Melero organiza algunas visitas esporádicas para que los cartameños comiencen a «crear conciencia» del patrimonio que tienen a la puerta de sus casas. Con mirada experta e ilusionada, señala las huellas de las diferentes civilizaciones que se pueden apreciar sin moverse del sitio.

«Los restos más antiguos son los de la cabaña del siglo VIII a. C., y junto a ellos hay un pavimento de barro rojizo de origen íbero», explica. Lo curioso del yacimiento es que las épocas se solapan unas con otras sin apenas espacio. Esto es fruto del reciclaje que las diferentes civilizaciones que han poblado Cártama han llevado a cabo con las construcciones.

En el borde del recinto, los sillares de una muralla de contexto cartaginés, que data del siglo III a. C., es de los pocos ejemplares que se conocen de esa época en los que se empleó el sistema de contrafuertes de piedra tallada, explica el arqueólogo. En el lado opuesto del parque, los restos reformados de la planta de una basílica romana cierra la composición anacrónica de la excavación. Melero señala hacia la loma, y explica que el enclave ofrece unas vistas privilegiadas del resto de la historia de Cártama:la muralla del recinto alto, que formaba parte de una fortaleza de la época Andalusí, asoma sobre las casas. Y sin salir de la plaza, la Iglesia del municipio, que data del siglo XVI d. C., pone fecha final al yacimiento.

La visita estrella

Una de las curiosidades más llamativas del paraje, que promete ser uno de los principales reclamos turísticos, es la visita al interior de la coracha nazarí. Una estrecha puerta da paso a una galería angosta, por la que hay que acceder agachado. Al final del pasillo se eleva una bóveda por la que antiguamente se extraía el agua. Actualmente no está iluminado ni posee las medidas de seguridad necesarias para que sea un lugar accesible al público, pero en su interior se aprecia la roca viva y la erosión del agua tras el paso de los siglos.

Todavía se desconoce la fecha en la que estará terminado el proyecto, y nadie se atreve a aventurar el momento en el que concluirán las excavaciones «aquí levantas una piedra y aparece una estatua», bromea Melero, pero lo que sí tienen claro desde el Ayuntamiento es que los vecinos serán parte del crecimiento turístico de la ciudad. Un desarrollo amparado en su historia viva, que no deja de crecer y de regalar nuevos restos y descubrimientos, de los que algunos están actualmente expuestos en el Museo de Málaga.

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