Borrar
Documento que certifica la estancia de Virgilio Ruedas Gómez en el campo de concentración rondeño.
EMPEÑOS QUE ACABARÁN MOVIENDO ROCAS

EMPEÑOS QUE ACABARÁN MOVIENDO ROCAS

Un artículo de Pablo Aguayo confirma, partiendo de una información y documento aparecido en otro de Faustino Peralta en 'Memorias de Ronda', la existencia de un campo de concentración en La Dehesa. Lugar a dudas no deja su escrito de ese sitio de castigo

A. GARRIDO ESCRITOR

Lunes, 27 de marzo 2017, 01:08

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Empeños hay en esta España de nuestros pecados que, no ya para llevarlos a puertos seguros, que, a la larga, infructuosos e inútiles casi siempre resultarán, sino su solo intento tropezarán con muros infranqueables de cerrada y obcecada vesania, por parte de a quienes conviene para sus retrógrados intereses ideológicos.

Me mostraba, no hace mucho, un abogado amigo la foto que, para no desfallecer ante la maraña de trabas y añagazas que encontraba para ejercer su profesión, tenía a la vista desde su mesa de trabajo: la de él mismo en el fallido intento de mover una enorme roca, que, no hay que decirlo, simbolizaba todo ese cúmulo de autoritarismo, engreimiento, ignorancia, burocracia y demás elementos perturbadores a los que cotidianamente había de enfrentarse.

Y a otro amigo, sin dejar el tema, querría referirme, porque si de ese mal incurable que mina a nuestra sociedad pocas actividades se hallan libres, lo de Francisco Pimentel tiene caracteres épicos, ya que no son puertas y murallas férreamente clausuradas las que en su penoso caminar halla, sino imponentes fortalezas que, en todo momento, le cierran el paso a su esforzado propósito.

¿Y qué es lo que con tanto denuedo pretende conseguir este apasionado rondeño? ¿El oro y el moro, la piedra filosofal? No, desde luego. Lisa y llanamente lo que ya es una solucionada realidad en todas las contiendas habidas en el pasado siglo en Europa, salvo en nuestro país: que, de una vez por todas, salgan a la luz los hechos tenazmente postergados ocurridos durante nuestra Guerra Civil y nefasta posguerra, en la que hasta 50.000 republicanos fueron asesinados.

Da sentido, si es que ya no lo tuviera, a la larga lucha que mantiene en todos los órdenes y situaciones Pimentel, dentro y fuera de nuestra ciudad, el que su propio abuelo, del que lleva su nombre y apellido, fuera, por puros motivos ideológicos, uno de los primeros fusilados en Ronda tras la entrada de las tropas franquistas. No es en modo alguno utópico pretender llegar a un conocimiento exhaustivo de lo ocurrido en esos amargos años, en pro, asimismo, de datar la identidad de los enterrados en las, cada vez más numerosas, fosas comunes que van apareciendo, ni la dignidad de una sepultura para los restos que allí se hallan. Y no es argumento que se sostenga, que son cosas del pasado y que necesario es olvidar, ya que para olvidar, lo que poco olvido tiene, necesario sería desvelarlas en toda su extensión e impunidad.

A abundar viene en toda esa hermética coraza que rodea a las víctimas republicanas un artículo que recibimos de Pablo Aguayo, quien partiendo de una información y documento aparecido en otro de Faustino Peralta en 'Memorias de Ronda' confirma la existencia de un campo de concentración en La Dehesa. Lugar a dudas no deja su escrito de ese sitio de castigo, en contra de todas las leyes humanitarias vigentes entonces, las mismas de ahora. Que tan cerca de nuestra ciudad estuviera, con más de dos mil prisioneros, y que nunca hasta ahora se supiera con certeza de él, habla con largueza de infames secretos y de la clara intención de mantenerlos a toda costa, aún hoy por los que nos gobiernan. Seguros estamos, sin embargo, que no hay rocas que resistir puedan a empeños tan duraderos como los que al principio mencionábamos.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios