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¿Cómo se formó el Tajo de Ronda?

¿Cómo se formó el Tajo de Ronda?

El origen de la garganta del río Guadalevín, que divide en dos al municipio, se remonta a hace cinco millones de años

Vanessa Melgar

Domingo, 12 de marzo 2017, 00:27

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Parte a Ronda en dos. El Tajo es, junto a los tres puentes que el hombre construyó en distintos períodos de la historia para salvar la garganta del río Guadalevín, el Puente Nuevo, el Puente Viejo o de Santa Cecilia y el Puente Árabe o de las Curtidurías, la seña de identidad por antonomasia de la localidad, visitada a diario por cientos y cientos de turistas. El accidente geológico es para muchos expertos único, por su forma y por su emplazamiento, en pleno casco urbano.

Pero ¿cómo se formó el Tajo de Ronda? Según Vicente Pimentel y Miguel Montes, ambos profesores de Biología y Geología en el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) 'Pérez de Guzmán', en Ronda, el origen de la garganta se remonta a hace cinco millones de años, cuando las aguas superficiales presentes en esta zona comenzaron a erosionar el sistema.

Antes, hay que remontarse a hace alrededor de 20 millones de años, cuando todo lo que es Andalucía, salvo una parte de Sierra Morena, estaba inundada por el mar. Cuando se produce el choque de la placas Euroasiática con la Africana, empiezan las Cordilleras Béticas a emerger del mar y encontramos una Andalucía en la que gran parte del Valle del Guadalquivir continuaba inundado por el mar y otra iba emergiendo, la parte correspondiente a lo que son las actuales Cordilleras Béticas, Sierra Nevada y la Serranía de Ronda. En el caso de la zona de Ronda, parece que el mar se fue retirando por los Merinos, Cuevas del Becerro..., explicó Pimentel.

El resultado de aquel proceso, de años y años, aunque contado en pocos segundos, fue la creación de una zona rodeada de montañas, que, hablando coloquialmente, empezó a rellenarse con los restos de la erosión de estas elevaciones. En el futuro sería lo que llamamos meseta de Ronda, la llanura donde está asentada la ciudad en la actualidad, argumentaron estos docentes.

La naturaleza de estos sedimentos, unos más duros y otros más blandos y en los que se pueden observar con mucha facilidad fósiles, también las zonas del Tajo del Abanico y la garganta del arroyo de La Ventilla, es la que ha determinado el trazado del Tajo. En todo este conjunto de rocas que forman el Tajo, en el que hay conglomerados con fragmentos de rocas más gruesas en la parte de abajo, poco a poco se van a haciendo rocas también sedimentarias pero con granitos muy finos, como consecuencia del propio depósito... los de más peso se depositan abajo. El río comienza a actuar por las zonas más débiles, por alguna fractura, en los materiales duros le cuesta más y es donde se va encajando, cuando encuentra materiales blandos, erosiona más rápido, relató Pimentel, al tiempo que añadió que el sistema de rocas sedimentarias se llaman molasas y que éstas se rompen en grietas más o menos verticales. Cuando una roca es dura, se mantienen los márgenes del río y cuando es blanda, el valle se abre. En Ronda la peculiaridad es que han ocurrido las dos cosas: el río está encajonado cuando atraviesa la ciudad y el valle se ha abierto en lo que llamamos la Hoya del Tajo, lo que vemos cuando, por ejemplo, nos asomamos a los balcones de la Alameda o al Puente Nuevo, dijeron estos profesores de Geología.

Lo cierto es que en la actualidad, aunque nos cueste creerlo, el río Guadalevín continúa erosionando las paredes del Tajo, por el trabajo silencioso del agua y por el impacto de los materiales, principalmente, rocas, que arrastra, que actúan como potentes martillos: ¿Cuál sería su futuro?... verlo como la Hoya del Tajo... una vez que el Guadalevín encontrara roca blanda... empezaría a derrumbarse, aseguró Pimentel. No obstante, tendrá que pasar mucho tiempo para que esto suceda y el Tajo, tal y como hoy en día lo conocemos, con unos cien metros de profundidad (como máximo) y en torno a medio kilómetro de longitud, desaparezca.

Tan espectacular como el Tajo... no hay otro accidente geológico. Hay relieves en España que se pueden parecer como los cortados en Cuenca, los Mallos de Riglos, en el Prepirineo de Huesca, y los conglomerados de Monteserrat. En Málaga, las formaciones de Setenil de las Bodegas, son de la misma naturaleza que el Tajo de Ronda y en el Cañón del Colorado ha ocurrido lo mismo, aunque con otra entidad y otras peculiaridades, terminaron estos dos profesores del Pérez de Guzmán.

Con motivo del 40 aniversario del I.E.S. Pérez de Guzmán, el departamento de Biología y Geología de este instituto hizo un documental que colgó en Youtube y que va insertado en el texto de esta información. Si usas la versión móvil y no lo ves, puedes visionarlo tras este enlace.

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