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Rafael Córdoba toca las campanas del Santuario de Gracia al amanecer.
Sonido de gloria para anunciar fiesta en Archidona

Sonido de gloria para anunciar fiesta en Archidona

Las campanas despiertan a los vecinos del pueblo durante dos semanas en agosto

Javier Lara

Martes, 16 de agosto 2016, 01:45

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En Archidona no hace falta mirar el calendario para conocer que llega la fiesta de la patrona. En la madrugada del domingo al lunes cientos de personas de toda la provincia participaron en la peregrinación al Santuario de la Virgen de Gracia, la única romería nocturna de la provincia, pero los archidoneses comenzaron siete días antes a recibir el aviso tres veces por jornada de que la fiesta se acercaba. Al alba, al mediodía y al caer la tarde las campanas de todas las iglesias del pueblo tocan a gloria durante media hora. Durante estos días siguen repitiéndose, ya que los repiques continúan siete días después de la fiesta del 15 de agosto.

Aunque la tradición marca que todos los campanarios de Archidona participan, este año, o bien por obras o por el estado de las campanas, solo se han podido escuchar repiques en el Santuario de la Virgen de Gracia y en la Iglesia del Nazareno. Los dos encargados son personas bastante jóvenes, pero que llevan con el oficio desde los ocho años.

Rafael Córdoba a sus 25 años acumula 17 en el oficio, tres veces al día sube al santuario de Gracia: «Es una de las tradiciones por antonomasia de Archidona que en el caso de los repiques de las 7 de la mañana anuncian el principio del día, despiertan a Archidona, a sus gentes, pero es una tradición que anima al rezo en tres horas puntuales, los templos repican a la vez para anunciar ese día grande y que la gente se vaya acordando de la Virgen y le vaya rezando». Pero el de campanero durante estos días es un cargo que ahonda en lo emocional. «Es muy grande estar aquí sabiendo que cumples una tradición que toda Archidona espera, en el campanario con la señora a tus pies y que conforme va repicando y vas viendo como el sol se eleva, van apagándose las luces del pueblo y se van activando las calles, es indescriptible lo que sucede», relata Córdoba.

Su devoción comenzó muy pronto:«Tenía cuatro mujeres en mi vida -mi madre, mis dos abuelas y mi bisabuela- que me inculcaron un cariño y respeto a la Virgen de Gracia que va siempre unido a los repiques, que desde pequeño llevo dentro. A los ocho años conocí a mi maestro, Juan Guillén, me fuí con él a la iglesia del Nazareno a aprender el oficio y no solo lo aprendí, sino que con los años he ido enseñando a otras personas».

El sonido del repique no es un toque de campana al uso, es muy especial. «No guarda una estructura lógica, es aleatorio y personal del campanero, se ha intentado hacer partitura, pero es complicado», relata Córdoba.

En la franja entre las 7 y las 7.30 horas es difícil dormir en Archidona, pero pese a ello, Córdoba explica que el toque es bien recibido: «Es mucho sonido, pero se ha convertido en una llamada de los hijos de Archidona, durante esos días viene la gente de Archidona que está fuera y está esperando el sonido, aunque sea a las siete de la mañana».

Rafael Córdoba mantiene contacto con José Ángel Gallardo, de 17 años, pero campanero en la Iglesia del Nazareno, en el casco urbano. Entre ambos se coordinan para que siempre haya sonido durante las franjas de 30 minutos a las 7, a las 12 y a las 21 horas. Él también tuvo el mismo maestro, Juan Guillén. «Llevo tocando desde los 8 años, pero ya con dos mi abuelo me llevó al campanario», explica, al tiempo que también asegura que a la gente le gusta mucho el sonido pese a lo temprano de la hora: «Es una tradición imborrable para Archidona». La costumbre se inició en tiempos en los que dos cofradías rendían culto a la Virgen de Gracia, labradores y esclavos.

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