«Muchas veces el familiar está más deteriorado que quien tiene la adicción»

José Manuel Ruiz López, de 49 años y que regenta un negocio de pintura y droguería, preside el colectivo ALFARO desde el inicio de su actividad en Ronda hace unos ocho años. Hoy sábado celebran un acto oficial de reconocimiento a sus socios y voluntarios en su sede con motivo del Día Internacional sin Alcohol.

¿Cuáles son los fines de ALFARO?

ALFARO se dedica a intentar curar la adicción al alcohol y otras drogas. Ahora el perfil que entra ya no es solo de alcohol, sino también de alcohol con cocaína, con pastillas, porros... Estamos tratando también la ludopatía.

¿Qué actividades realizan desde la asociación?

Tenemos terapias especializadas, con nuestra psicóloga, Isabel Mota. Cuando viene una persona nueva, le hacemos una acogida, conversamos con esa persona, le explicamos cómo funcionamos, ellos nos comentan su problema... A partir de ahí, si la psicóloga lo ve conveniente puede entrar en un grupo de terapia de inicio. En el segundo nivel se habla más del tema familiar y social. También hacemos charlas, actividades... Hemos hecho también terapias para abandonar el tabaco. Nuestra semana más importante es esta, por la celebración del Día sin Alcohol. Pero no paramos el resto del tiempo. Estamos para ayudar a Ronda y provincia todo el año.

¿Las principales dificultades de una persona con alcoholismo se dan más en el terreno físico, psicológico o social?

Viene todo mezclado. Ahora estamos notando más que entra mucha juventud. Cuando se empiezan a dar cuenta, están metidos hasta arriba de todo. También vemos muy importante el problema del familiar. Si la familia ayuda, es mucho más fácil salir. Además, muchas veces detectamos que el familiar está más deteriorado que la persona que tiene la adicción. Porque el adicto está en su mundo, no quiere reconocer el tema... pero el familiar sufre a diario por cómo lo está viendo.

¿Los jóvenes que hacen botellón los fines de semana son conscientes del peligro que conlleva el alcohol?

Creo que el 90% no es consciente de lo que tiene en las manos. No veo mal que los jóvenes se tomen alguna copa, pero siempre que se pongan un límite y sepan lo que hay. En el caso de menores hay que tener más cuidado. Hay chavales de 13 o 14 años que pierden la consciencia, con comas etílicos. El alcohol es una droga que está aceptada, pero que mata y es peligrosa.

¿Qué consejos le da a una persona con este problema?

Sobre todo que se pongan en tratamiento. Que acudan a la asociación, porque nosotros no tenemos una medicina para sacar a nadie del alcohol, pero tenemos las terapias que han demostrado que el porcentaje de rehabilitación es muy alto. Aconsejo que por lo menos vengan a informarse y a los familiares, cuando detecta que el marido o el hijo tiene un problema, que vengan a asesorarse en cualquier momento.