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La calle Larios registró un lleno absoluto, literalmente no cabía un alfiler.
La mejor versión de Pasarela Larios

La mejor versión de Pasarela Larios

La quinta edición certifica la creatividad de los diseñadores locales y bendice a los veteranos

Lorena Codes

Sábado, 19 de septiembre 2015, 01:29

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Málaga tiene hambre de moda. Los cientos de malagueños que se congregaron ayer en la calle más señorial de la ciudad hablan por sí mismos. Y no sólo en cantidad. Frente a ediciones anteriores, buena parte del público mostró en esta ocasión mayor aprecio ante el espectáculo que le brindó la Pasarela Larios, que alcanza su quinta edición con la tranquilidad de saberse consagrada. Doce diseñadores presentaron sus propuestas en medio de un amplio abanico de estilos, pero con una apuesta común, la de superarse y mostrar la mejor versión de sí mismos. Abrió fuego Sonia Peña, con una seductora Elisabeth Reyes a lo Marilyn Monroe, cuyo contoneo de caderas al ritmo de Diamonds are a girls best friend detuvo el tiempo por un instante sobre la alfombra azul. Fue, sin duda, el mejor momento de una colección de cortes clásicos, estampados florales y faldas voluminosas que quizá arriesgó poco, pero que ganó en feminidad.

Y si hay que hablar de delicadeza, refinamiento y gusto por los detalles es obligatorio mencionar a Jesús Segado. El creador se corona en esta quinta edición como uno de los más prometedores dentro y fuera de Málaga, y lo hace por méritos propios. Diseños románticos que se detienen en mil y un detalles artesanales, Reflejos (así se llama su colección) sutiles, brillaron en la primera parte de una pasarela que tuvo sus altibajos.

A Segado le siguió otro de los nombres mayúsculos de la costura con sello local, Rafael Urquízar. Su colección Entre olas de amor sumergió al público en un mar de sofisticación y vanguardia. Volúmenes estudiados, referencias a las tradiciones desde una visión futurista y un estilo propio muy marcado definen a las sirenas mediterráneas de Urquízar. En una estela totalmente opuesta se movió Gemma Melé con Alma, un trabajo con el que la creadora pretendía mostrar su devoción hacia las raíces andaluzas pero con un punto de glamour desmedido.

Melé, torera

Melé se puso torera al acompañar sus lujosos diseños de noche con monteras de torero, una licencia sólo apta para el espectáculo de una pasarela. La calle cambió de tercio con el giro musical que sustituyó a Camarón de la Isla por Celine Dion para acompañar el desfile de Antonia García Galiano. La malagueña se movió en la paleta de los tonos pastel y sacó a pasear todo un catálogo nupcial que incluyó novias de corte sirena, con capa, modernas, tradicionales y hasta con chaqué, ésta última con bastante acierto. La veteranía es un grado y lo demostró Miguel Ángel Ruiz, un diseñador que con los años va depurando su estilo hasta quedarse con la esencia. A ritmo de rock sus modelos lucieron hermosos juegos de transparencias sin excesos. El riesgo en su punto justo. Una colección muy coherente y personal en conjunto.

En la misma línea que en ediciones anteriores presentó sus propuestas Javier Alcántara, pero con una vuelta de tuerca que entraña gran dificultad tanto en la gestación de la colección como en su ejecución. Antítesis juega con el espectador, lo que parece no es ¿o sí Vestidos que lo son por delante y se vuelven pantalones en su parte trasera, faldas que parecen voluminosas pero que esconden una silueta marcada, entre otros ingenios, marcaron una colección en la que Alcántara ha dado el todo por el todo. Entre sus apuestas arriesgadas pero que más convencieron está una cazadora bomber deluxe bordada con pedrería. Sin nada de pedrería y sin muchas otras de las características a las que la casa nos tiene acostumbrados, Montesco Alta Costura se despojó ayer de todo lo prescindible para demostrar que el lujo tiene mucho que ver con la calidad, con los patrones bien hechos, con la pureza de la costura. Un giro que convenció a los presentes gracias a siluetas lady, muy en la línea de los cincuenta. No en vano, los diseños están inspirados en mujeres como Kim Novak, en una oda a la curva femenina. Los detalles en piel y un traje de novia muy Balenciaga cerraron el círculo de una colección muy congruente.

La música a lo Mad Men de Montesco dio paso a la marcha nupcial con la que abrió el desfile Ángel Palazuelos, que ayer también recogió el Alfiler de Oro a toda su trayectoria. Precisamente para celebrar la efeméride, el modisto quiso hacer algo especial para esta edición de la Pasarela Larios, una idea que se ha plasmado en Una boda española. Tal cual: el novio con la madrina, la novia del brazo del padrino y un incontable grupo de invitados al festín desfilaron sobre la alfombra azul como si cada uno hubiese pedido al diseñador que lo vistiera con su propia variedad. Sastrería Guzmán vistió a los caballeros y al propio Palazuelos, que salió a saludar tras el desfile.

El lujo oriental se subió a la pasarela de la mano de la diseñadora Ikram El Louah, cuyos caftanes con sobrefaldas y capas realizados en sedas y tejidos ostentosos fueron un pasaporte a las leyendas de las Mil y una Noches actualizadas en esta ocasión con un juego de colores más acertado que en otras ocasiones. La noche se cerró con dos debutantes en este certamen de moda local, Asunción Retamero y Regina de Lara. La primera acertó con los vestidos de noche más sensuales, de escotes infinitos que supo contrarrestar con tonos suaves. Por su parte, Regina de Lara arrancó con unos originales diseños normcore couture para avanzar hacia otros caminos quizá algo dispersos pero con más de un acierto.

En definitiva, el esfuerzo por conquistar Larios se ha traducido en colecciones más sofisticadas y de difícil ejecución que ponen de relieve la apuesta de los creadores por la continuidad y el crecimiento de esta cita.

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