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Para Ana Vera estas fiestas tienen tres colores, rojo, verde y dorado.
Tres maneras de vestir la mesa en las fiestas navideñas

Tres maneras de vestir la mesa en las fiestas navideñas

Las propuestas decorativas para estas fiestas de Mario Blanca, visual manager en Kankana Marbella; Ana Vera, directora creativa en Vera Blonde; y Gabriela García, interiorista en Segunda Época

Lorena Codes

Miércoles, 30 de diciembre 2015, 00:35

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Mario Blanca, visual manager en Kankana Marbella: «El mejor adorno de Navidad es la sonrisa de mis sobrinos junto al árbol»

Para el exdiseñador de moda Mario Blanca la Navidad tiene una doble faz: por un lado, la sofisticada, que supone mimar cada detalle de la decoración del hogar, vestir una mesa con todas las últimas tendencias y arreglarse conforme al protocolo buscando siempre un toque de estilo personal; por otro, la entrañable, que le devuelve la inocencia de la infancia, ahora reflejada en el júbilo de sus sobrinos.

Su hogar es fiel reflejo de esta doble vertiente. «Quiero una Navidad alegre, luminosa y moderna, sin espumillón ni zambombas», asegura Blanca. Una perfecta fusión entre el cálido refugio de madera y la sofisticación urbanita.

Así, la base sobre la que se construye el discurso decorativo son los materiales naturales, desde las pieles hasta la madera desnuda, el musgo o la rafia. Todos estos elementos aportan el punto exacto de calidez, de confort al ambiente, que despliega todo su esplendor una vez que se le añaden los artículos clásicos de estas fechas, dorado o plata, por ejemplo. «Me encanta lo bien que funciona mezclar lo vintage y desgastado con elementos como la cubertería de plata de herencia familiar», apunta Mario. En este caso, sobre la paleta de grises, beiges y dorados, el interiorista ha introducido un sutil toque de morado con el que logra una atmósfera refinada.

Mario Blanca disfruta creando los centros de mesa con materiales o detalles que encuentra en el desván: «Lo paso genial con tijeras, lazos, ramas y grandes dosis de imaginación». Recomienda dar un toque personal al hogar creando unos centros de mesa propios, con materiales que tengas olvidados en casa.

Además de estos detalles, en la decoración navideña de su casa hay un guiño a la profesión por la que lo conoce toda la ciudad, la de diseñador de moda. Su árbol de Navidad es un vestido de abeto que se ciñe a un maniquí con una lazada de rafia, bolas de cristal plata y luces.

Sin embargo, lo que más le gusta al decorador de estas fechas no son los adornos, ni las luces, ni los regalos, sino compartir con su familia. «Cierro los ojos y me veo sentado en una gran mesa en mi casa de Monte Sancha rodeado de mi familia, con mi adorable abuela Malena presidiendo la cena, deseando que llegue el primer plato, que por costumbre siempre eran albóndigas caldosas de bonito y ensalada de lombarda con piñones». Una tradición que Blanca se ha empeñado en continuar, tomando así el relevo de su madre, quien le enseñó a montar una mesa para la fiesta. Coordinar manteles, vajillas, cristalería y poner todo el cariño para que esa cena sea especial para los suyos es el mejor momento de la Navidad para él.

Gabriela García, interiorista en Segunda Época: «En casa de mis padres nos inventamos un villancico con las incidencias del montaje del belén»

A la casa de Gabriela García en Navidad parece haberle volado el techo. Como si hubiese nevado en cada rincón del salón, su decoración navideña se tiñe de un blanco puro y cálido. «Un año más, la tendencia se basa en los colores blancos y grises plata», indica la decoradora, quien asegura que el must have de la temporada son los árboles nevados, absolutamente inmaculados y con luces muy sutiles. «Los hemos visto en las ferias de Londres, París y Madrid y aquí cada vez tienen más demanda», afirma.

Del mismo modo, todo lo relacionado con cuernas, ciervos, renos y materiales naturales está en boga en decoración y cobra especial protagonismo a la hora de vestir el hogar para estas fechas. Así, en su apuesta para este año Gabriela elimina el tono rosa pastel que caracteriza el interiorismo de su hogar y se basa en una paleta rendida al blanco, con concesiones al plata y el beige de la madera desnuda. La clásica mantelería blanca es el lienzo sobre el que la interiorista construye una mesa armoniosa y refinada, con profusión de velas en forma de renos o en candelabros con ornamentación floral. «En ornamentación navideña, como en decoración habitual, es importante el sentido común, no empeñarnos en meter un abeto más grande que el salón en el propio salón», bromea, haciendo alusión a algunos excesos que se suelen cometer con estas cuestiones. Además de mimar la iluminación, la malagueña considera imprescindible un bonito misterio, aunque confiesa que también le hacen mucha gracia los mega Belenes con miles de figuras en las que ninguna guarda la escala. «En casa de mis padres ocurre un poco eso, lo monto todos los años con mis sobrinos y nos inventamos la letra de un villancico con todas las incidencias que ha habido durante el montaje; en Nochebuena lo cantamos para toda la familia y nos reímos mucho, es una tradición entrañable», relata. Además de la noche del 24, al día siguiente organizan un brunch. «En casa nos encanta la víspera y el día de Reyes, Santa Claus no nos mola tanto...», concluye.

Ana Vera, directora creativa en Vera Blonde: «Lo mejor de estos días es celebrarlos en familia, me encanta conservar la ilusión»

Navidad es sinónimo de ilusión, familia, risas entre amigos y tradiciones para Ana Vera. «Desde que éramos niños mis padres se han esforzado mucho en que la ilusión nos invadiera a mis hermanos y a mí al llegar estas fechas», asegura. Para alguien que acostumbra a cuidar cada pequeño detalle de su estética, vestir el hogar en estas fechas se convierte en todo un desafío que le encanta abordar. «La Navidad para mí sólo tiene tres tonos: rojo, verde y dorado, me gusta lo tradicional y creo que la decoración navideña de mi casa lo refleja», afirma. Del mismo modo, su nuevo hogar está plagado de pascueros estos días. Los tonos navideños por excelencia se extienden también a la mesa, juvenil, fresca, con una base de tradición y toques actuales como, por ejemplo, la cristalería en verde. Un hogar actual que sabe cómo renovar los clásicos con estilo.

El elemento central de su decoración es el abeto. «El árbol suele ser el icono de estas fechas y a mí me encantan altos y frondosos, y que parezcan naturales», insiste. Las bombillas, siempre cálidas y pequeñas, y que le cuelguen tantos adornos como quepan. Del mismo modo, la malagueña considera fundamental la presencia de un Belén: «El nacimiento es el motivo por el que existe esta fiesta y no debemos olvidarlo». El suyo es sencillo, únicamente con las tres imágenes principales, y al mismo tiempo barroco, envuelto en un cálido dorado.

La diseñadora de Vera Blonde opina que «han vuelto los detalles que había en la época de nuestros padres, los muñequitos de madera de estilo nórdico, los cuadros escoceses para las cintas de tela, los adornos que simulan gotas de cristal, la purpurina, todo eso está de moda y a mí me encanta porque me trae recuerdos preciosos de mi infancia ayudando a mis padres a montar el árbol junto con mis hermanos».

No obstante, al igual que en su manera de vestir, la blogger no es demasiado amiga de seguir todas las modas y prefiere mantener criterios de estilo más personales y atemporales. Así, aunque también está de moda una decoración más minimalista, confiesa que no es de su agrado.

En cualquier caso le encanta la Navidad, algo en lo que tienen mucho que ver sus padres, que supieron mantener intacta la magia. «Siempre lo celebro en familia, aunque tampoco dejo de ver a mis amigas que vuelven a Málaga estos días», dice Ana, para quien la la Nochebuena es uno de los mejores momentos: «Es una noche clásica en la que nos reunimos todos, tíos, primos, abuelos, y este año por primera vez, mis sobrinitos, ¡los reyes de la casa!». También la Noche de Reyes, en la que Ana confiesa se convierte en una niña pequeña, llena de nervios. Incluso madruga para ver qué sorpresas le han dejado a los pies del árbol.

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