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El hogar de Roberto Caballero es un pedazo de Soho neoyorquino.
Un loft con estilo en pleno centro

Un loft con estilo en pleno centro

El hogar Roberto Caballero, diáfano y luminoso, es un ejemplo de la fusión de estilos y épocas con personalidad

Lorena Codes

Lunes, 22 de septiembre 2014, 10:25

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El hogar de Roberto Caballero es un pedazo de Soho neoyorquino, de Tribeca tal vez, trasladado e insertado en el centro histórico de Málaga, concretamente en el rehabilitado Entorno Thyssen. En la zona más estrecha de la bulliciosa calle Compañía se ubica este piso centenario de 140 metros cuadrados, reconvertido en un loft por sus propietarios. Cuando adquirieron la vivienda hace ahora seis años se encontraron con una casa llena de pasillos y muros, sin apenas luz y con una distribución muy compartimentada. Justo lo contrario a lo que les gustaba a ambos. Este madrileño recaló en la Costa del Sol hace más de una década gracias a una oferta de trabajo de la Radio Televisión de Marbella, su casa (en términos laborales) desde entonces. Y aunque asegura que «iría allá donde hubiese una buena oportunidad de crecer profesionalmente» reconoce que le costaría abandonar el hogar a medida que ha diseñado junto a su pareja, Jose, y que tiene, tal y como indica, «todo cuanto necesitamos». La puerta de entrada a su tercer piso es un acceso que teletransporta al huésped a un espacio inesperado, que poco o nada tiene que ver con la casa tradicional malagueña. Desde luego, no con la que perdura en el centro histórico. Aquí no hay muros ni pasillos, sólo techos infinitos perfectamente iluminados. Las lámparas son, de hecho, unas buenas guías de ambiente, pues señalan de forma original y práctica las diferentes estancias de la casa. Lámparas de diseño en su mayoría, adquiridas en diversos puntos del mundo, compradas por Internet, objetos de un capricho, minimalistas, new rococó, de todos los estilos.

Son de los pocos elementos que comparten protagonismo con la propia estructura de la casa, ganada a la luz después de una batalla de obras interminables. «Estábamos convencidos de que nuestra idea se podía materializar», afirmaRoberto, quien explica que hubo premisas innegociables desde el comienzo del proyecto, como la conservación de las columnas de ladrillo originales del bloque, que aportan un aspecto industrial muy coherente con el estilo loft de la vivienda. Eliminadas absolutamente todas las paredes a excepción de un aseo para invitados, el siguiente paso fue retener toda la luz que entra por las incontables ventanas de la casa, que da a tres patios interiores distintos, además de a la calle Compañía. Lo lograron escogiendo un suelo de madera decapada en tono nude que casa perfectamente con el blanco de la mayoría de las paredes. Únicamente en las zonas en las que han buscado sensación de profundidad o pretendían destacar algún elemento accesorio se han pintado algunos tabiques de gris oscuro, en un contraste de colores neutros sofisticado y audaz. La puerta de entrada a la casa sirve de línea divisoria imaginaria entre las dos alas de la vivienda.A la derecha se ubica la sala de estar, que en una visual se une con el comedor y la cocina, así como con el aseo y el dormitorio principal en suite?. Del lado opuesto, una especie de hall indica la dirección a una amplia sala con biblioteca, zona de trabajo y chill-out.

En este ambiente es donde más tiempo pasa Roberto, frente al ordenador o delante de la televisión para desconectar al final del día, tras la jornada de trabajo. El acceso a esta parte de la casa se produce a través de un fantástico camino de velas dispuestas sobre una pequeña estantería. En la penumbra su luz ilumina las dos fotografías antiguas de París que cuelgan de la pared. Al frente, una de las piezas de anticuario más especiales de la casa, un mueble centenario chino que, junto a unas marionetas tailandesas, conforma un rincón oriental lleno de magia. Más de un millar de títulos acaparan la mirada desde la biblioteca que preside la habitación. Roberto y Jose son unos apasionados de los libros antiguos y cuentan con una pequeña colección de la cual se exponen algunas piezas en una vitrina restaurada para tal fin. La tecnología convive en armonía con elementos del pasado en una atmósfera que invita a la relajación. Un sofá dispuesto en forma de U con un estampado a rallas se cierra con una mesa de diseño ovalada, que rompe la fuerza de la simetría aportando dinamismo al conjunto. Pero esta sala es mucho más que una zona de trabajo y descanso.

Es también un recorrido sentimental por la pasión viajera de esta pareja, que los ha llevado a visitar ciudades como Venecia, París, Pissa, Londres,Viena, Budapest, Nueva York... De todas ellas se exhiben recuerdos enmarcados en forma de fotografías, grabados y obras de arte adquiridas en cada destino. También amuletos, como las decenas de objetos fetiche (cajitas, camafeos, figuras de porcelana y otros bibelots) que se exhiben en una pequeña vitrina de cristal colgada junto a la ventana. Vanguardia y tradición se dan la mano en esta vivienda con combinaciones de elementos religiosos antiguos y piezas de diseño a la última. Esta fusión se manifiesta con buen gusto en el comedor, donde el aparador cuenta con un pequeño altar decorativo frente una mesa lacada y sillas de piel completamente actuales. El rojo de la cocina irrumpe con fuerza en un entorno sutil. Elevada unos veinte centímetros del resto de la casa, su isla central es una invitación a gozar del placer de los fogones. Unos pavés de vidrio apartan el dormitorio principal del resto del salón, dejando pasar toda la luz que absorbe la casa. Se trata de una de las estancias más logradas y atractivas de la casa. La mezcla de estampados y textiles de la ropa de cama contrasta con una base neutra en el mobiliario. Entre los encantos de este dormitorio figura la ducha transparente que sirve de frontera con el baño, no hay puertas. La relación entre ambos ambientes se produce gracias al uso de los mismos materiales y colores y el empleo de accesorios XL dorados como las lámparas de noche y los espejos también dorados del tocador del baño. Es un hogar en el que coexisten en armonía varias tendencias en boga, que sus propietarios han sabido hacer suyas con elegancia y buen gusto.

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