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INDIFERENCIA
EL CANDELABRO

INDIFERENCIA

ARANTZA FURUNDARENA

Martes, 28 de marzo 2017, 00:34

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Se han preguntado alguna vez cómo reaccionarían si les tocara vivir una catástrofe? Yo sí. Y no lo tengo nada claro. Supongo que la reacción depende de muchos factores: el temperamento de cada cual, la generosidad, la capacidad de empatía, el grado de miedo paralizante que uno sienta en ese momento, lo entrenado que tenga el músculo de la indiferencia, del egoísmo, del sálvese quien pueda... Imagino que influirá incluso el momento concreto en el que te toque vivir la experiencia o el día más o menos tonto que tengas. Y justamente por eso sospecho que nadie es capaz de conocer su reacción ante una situación límite hasta que realmente la vive. En la película 'El bar' Alex de la Iglesia coloca a un heterogéneo grupo de ciudadanos en una coyuntura de supervivencia extrema y el resultado es un abanico infinito de reacciones, de la más abyecta a la más altruista... Y lo más curioso (y verdadero) es que todas ellas caben dentro de una misma persona.

El tiempo es otro factor determinante. No el meteorológico sino la duración del suceso. Después de muchas horas bajo presión, hay gente que se viene arriba y otra que se desmorona; seres que tras un primer momento de pánico se muestran heroicos y otros que después de dar una lección de aplomo acaban dejando emerger la alimaña que todos llevamos dentro. Filmes como 'El bar' o 'Relatos salvajes' lo confirman. Pero las películas tienen más de cien mil fotogramas. Si nos mostraran uno solo con la imagen congelada de todos sus protagonistas dentro seguro que no seríamos capaces de adivinar quién es el héroe y quién el villano. Por eso la foto de la musulmana caminando al lado de un herido del atentado de Londres sin detenerse ni dejar de mirar el móvil es del todo insuficiente para juzgar su aparente indiferencia (peor es el curioso que se acerca a mirar por puro morbo). Y en todo caso, aunque esa insensibilidad fuera cierta, la imagen (quitándole a ella el velo y convirtiendo en sirios a los londinenses caídos) sería la metáfora perfecta de lo que hacemos a diario los occidentales: vivir pendientes del móvil e indiferentes a la sangría de atentados y guerras ajenas. Así que esa foto es precisamente antirracista. Demuestra lo parecidísimos que somos todos.

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