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Blanca Suárez se confiesa «muy sensible» y con un pronto «un poco malo». :: r. c.
«Soy gruñona, tengo que admitirlo»

«Soy gruñona, tengo que admitirlo»

ARANTZA FURUNDARENA

Sábado, 5 de noviembre 2016, 00:58

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Hace unos días Blanca Suárez colgó en Instagram un vídeo impactante. En él, se ve cómo la actriz, con una espectacular melena ondulada, es detenida en plena calle por dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía. «El día de hoy ha sido surrealista -escribió-. Mirad esto y quedaos muertos como yo». Algunos de sus fans se preocuparon seriamente. Otros se quedaron muertos, pero de risa... El vídeo es publicitario y forma parte de la campaña de navidad 'Copper Luxe' de Ghd, la firma de planchas para el cabello que tiene a Blanca como embajadora. El lema: 'Rompe las reglas, no tu pelo'.

Blanca jura que en la vida real rompe poco las reglas. «Cuesta lo mismo hacer las cosas bien que hacerlas mal, así que intento ser lo más correcta posible. Eso no quiere decir que no viva momentos apasionados y me arriesgue a hacer cosas, pero todo con una cierta cabeza y sentido común, porque vivimos en sociedad». Tampoco cree haber sobrepasado los límites de la veracidad al colgar dicho vídeo en internet. «En la publicidad no vale todo, pero en este caso yo creo que es algo muy fácil de descifrar que se queda en una anécdota positiva de la que reírse».

Chica Almodóvar y actriz que ha trabajado a las órdenes de Imanol Uribe y Álex de la Iglesia, esta madrileña pasó de ser una niña «que le tenía miedo a la oscuridad» a convertirse en una adolescente aficionada al 'piercing' y, más tarde, una intrépida joven amante de los deportes de riesgo. El 21 de octubre cumplió 28 años y para celebrarlo participó en un rally por la sierra turolense de Jalambre con gran parte de su familia y su novio, el actor Joel Bosqued (el hijo cocainómano de Eduardo Noriega en 'La sonata del silencio'). Liberada ya del todo de la alargada sombra de Miguel Ángel Silvestre (con quien convivió tres años) y después de un año junto a Bosqued, el romance de esta pareja de actores puede calificarse ya de relación oficial... «No es cuestión de que sea oficial, es que es mía -puntualiza Blanca-. Yo todavía no acabo de entender muy bien por qué tengo que contar lo que pasa en mi cocina, en mi salón o en mi habitación».

Simpática y cercana, pero también hermética para según qué cosas, Suárez tiene muy claro hasta dónde está dispuesta a llegar con la prensa. Es consciente del chaparrón de críticas que recibió recientemente su colega Marta Etura por pronunciarse a favor de que se le dejara gobernar a Rajoy, y no piensa emularla. «En mi vida privada no soy una persona que se calle. Pero paso totalmente de decir lo que pienso delante de un micrófono. Si ya tergiversan las cosas más ínfimas que digo, imagínate qué harían si hablara de política».

No fue la política sino la sospecha de Photoshop lo que la involucró en una agitada polémica cuando posó en bikini para una campaña publicitaria de ropa interior... De aquello hace ya medio año, pero la actriz sigue encendiéndose cuando se lo recuerdan. «Por supuesto que hubo Photoshop -reivindica-. Siempre lo hay, incluso en las fotos que colgamos y compartimos con los amigos. Pero es que el Photoshop no siempre busca reducirte la cintura o aumentarte el pecho. Incide en la iluminación, los colores, el fondo... Lo crean o no, mi cuerpo en aquel momento era ese. Y ojalá me hubiera quedado así. Pero la cabra tira al monte y mi constitución es otra. Tengo el cuerpo común de una chica de mi edad que come bien».

Experimentar con la estética

Tigresa e ingenua a partes iguales, Blanca Martínez Suárez tiene además fama de camaleónica. «Me gusta experimentar con la estética por el placer de probar cosas nuevas». En su horizonte se mezclan las series 'Lo que escondían sus ojos' y 'Las chicas del cable' con el próximo estreno de la película 'El bar', de Álex de la Iglesia. Pero, por alguna razón, en las redes han resucitado un supuesto beso lésbico que protagonizó en sus comienzos, dentro de la teleserie 'El barco'. «Estoy acostumbrada a que siempre busquen el morbo», comenta resignada.

Opina Blanca Suárez que vivir con un actor «te hace la vida más fácil porque entiende esta profesión tan complicada por los horarios, los viajes...». ¿Y vivir con Blanca Suárez? La actriz se confiesa «muy sensible, vulnerable y con un pronto un poco malo», pero también se tiene por «bastante equilibrada y nada vengativa». Y algo que hasta ahora no había querido confesar: «También soy un poco gruñona -dice riendo-. Creo que ha llegado el momento de admitirlo».

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