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Todavía eran tiempos felices para Carmen Sevilla cuando fue fallera de honor en Na Jordana (Valencia) en 2008 . :: vicente martínez
La última del póquer de folclóricas cumple 86 años

La última del póquer de folclóricas cumple 86 años

Tras la muerte de Marujita Díaz en junio, Carmen Sevilla es la única heredera de la estirpe. El alzhéimer ha borrado su historia

A. CORBILLÓN

Lunes, 17 de octubre 2016, 00:57

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Su memoria podría ser un pequeño tratado sociológico de la evolución cultural española de los últimos 60 años. Porque es la última que nos queda de la llamada 'generación de las folclóricas': un póquer que Carmen Sevilla completa junto a Lola Flores, Sara Montiel, Paquita Rico y Marujita Díaz. Esta última falleció el pasado junio y dejó el escenario de esos recuerdos a Carmen, que ayer celebró sus 86 años. Es un decir porque la celebración seguramente no fue tal. Hace tiempo que la gran artista andaluza ignora por qué se soplan las velas o cómo rememorar los años en los que maduró a la vez que el país que la utilizó como bandera del tronío femenino patrio.

Sevilla vive el completo olvido de quién fue, una historia robada por el cruel programa de borrado vital al que el mal de Alzhéimer somete a sus víctimas. Hace tiempo que no la visita nadie en la residencia geriátrica de Aravaca (Madrid) en la que reside que no sea su único hijo, Augusto Algueró. Además hizo saber a todos los admiradores y amigos de su madre que las visitas están vedadas. Prefiere que se la recuerde por su larga carrera e incluso por aquellos despistes que solía resolver con una empática sonrisa cuando presentaba 'Cine de Barrio' (TVE), su última aventura profesional.

Nadie que no sean las asistencias de la residencia o su propio hijo son testigos de un día a día sin huella alguna, desde que tal día como ayer, pero de 2011, se dejó ver a la puerta de su casa en la calle Pintor Rosales de Madrid para que la felicitaran por su 81 aniversario. Ya entonces, el mal de la memoria la había retirado del trabajo, aunque el reconocimiento oficial no llegó hasta 2012. Su gran amigo el productor Moncho Ferrer fue el último al que la familia franqueó el acceso a su vera hasta hace poco más de un año.

En este tiempo, Carmen Sevilla perdió a Marujita hace cuatro meses, que no logró su propósito de ir a verla algún día, y a su hermano pequeño Pepe, cuya mujer, Carmen Clavijo, también lamentó que «se murió con la pena de no verla». Carmen cuidó a su madre que murió en 2004 casi centenaria y con la misma enfermedad. Ahora el testigo le ha tocado cogerlo a su propio hijo Augusto.

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