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Los López-Aguilar ya están divorciados

Los López-Aguilar ya están divorciados

Pasará a su exmujer dos mil euros mensuales y pagará los doce mil que cada año cuesta el colegio de sus hijos mellizos

IRMA CUESTA

Viernes, 17 de abril 2015, 00:39

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Bien mirado, las cosas no pintan tan mal para el exministro de Justicia. Una sentencia acaba de poner fin a su matrimonio con Natalia de la Nuez después de meses de contienda legal. El acuerdo de divorcio, publicado por 'El Mundo', establece que Juan Fernando López-Aguilar deberá pasar a su ya exmujer dos mil euros mensuales y hacer frente a los doce mil que cada año cuesta el colegio de los mellizos. Además, el eurodiputado se quedará con la casa del sur de Gran Canaria y el piso de soltero de Madrid, de los que ya disfrutaba cuando aún no había conocido a la madre de sus hijos. Ella, por su parte, se queda con el piso del madrileño barrio de Malasaña y el que compartió en las Islas Canarias con quien fue su esposo. Además, Juan Fernando tendrá derecho a disfrutar de sus retoños dos fines de semana al mes, tres durante el mes de julio y una quincena en agosto. El acuerdo acaba con meses de disputas entre el exministro y la mujer con la que estuvo casado nada menos que once años y que ha terminado como el rosario de la aurora. Aunque él no ha dicho nada, Natalia ya ha comentado que está encantada con la sentencia, que ha llegado tras meses «regateando como gitanos».

Juan y Natalia, que se conocían desde pequeños, se reencontraron en 1997 en una terraza de Las Palmas cuando él era un jovencísimo catedrático de Derecho Constitucional y ella trabajaba como visitadora médica para un laboratorio en el que tenía fama de mujer «de armas tomar». Aquel mismo día surgió el flechazo y en 2004 se casaron en la intimidad. «No hubo ni convite, fui al supermercado, compré comida y pasamos la tarde en la playa», ha comentado Natalia, que aportó al matrimonio dos hijos de dos parejas distintas. Luego llegarían los mellizos. Nadie entonces podía sospechar que, una década después, el mentor de la Ley contra la Violencia de Género se iba a verse obligado a responder ante la justicia de una acusación de maltratado a Natalia que él ha negado desde el primer momento y atribuido a una suerte de enajenación mental de quien fue su pareja durante 17 años. Ella, por su parte, insiste: «No soy una despechada, ni actúo por venganza».

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