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Arias, entre una Vespa, un Cuatro latas, el fotomatón y propaganda electoral.
«¡Me parezco a tantos padres!»

«¡Me parezco a tantos padres!»

Imanol Arias cumple 16 temporadas metido en la piel de Antonio Alcántara (‘Cuéntame’, TVE). La serie llega a 1983 y su reconciliación con Merche (Ana Duato) está en camino

miguel ángel alfonso

Jueves, 29 de enero 2015, 09:14

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Durante los primeros años de Cuéntame cómo pasó (TVE, hoy 22.30 horas) a Imanol Arias (Riaño, León, 1956) siempre le preguntaban si creía que la serie iba a llegar hasta la muerte de Franco, y él siempre sonreía porque parecía poco probable. Pero 16 temporadas más tarde, y muchos premios por medio, Cuéntame ya ha avanzado hasta 1983. «Un año crucial en mi vida», recuerda el actor, que empezó a ser conocido en aquel entonces por la serie Anillos de oro.

Lleva ya 16 temporadas siendo Antonio Alcántara...

Te encasillas un poco en el sentido de que te especializas... también te acompaña la edad. Como se han muerto últimamente tantos actores de más edad que yo me están empezando a dar premios a toda una vida, el año pasado me dieron tres. Pero Antonio ha conseguido reinventarse, ¡me parezco a tantos padres!.

¿Está en camino la reconciliación con Merche?

Yo creo que la temporada pasada llevamos los personajes a un extremo y tenían dos salidas naturales, o crear un nuevo vínculo que representara un tipo de familia más minoritaria o que tuvieran que reinventarse. Antonio empieza a sentir que tiene que recuperar no tanto a Merche sino esa ilusión tan masculina de volver a estar juntos. Se vuelve un tío más irónico y deja a Mercedes muchas responsabilidades, con la seguridad de que ella se va a equivocar.

El divorció alteró al público...

Entendí las críticas, algunas se parecían incluso a la primera impresión que tuvimos cuando leímos el guion por primera vez. Es bueno que exista eso porque provoca que, a la hora de hacer los personajes, no mintamos.

¿Los espectadores van a perdonar a Antonio?

No del todo, y eso es interesante. Yo he intentado no hacer nada facilón para que me perdonaran rápidamente. Ahora estamos como novios y a mí me da un poco de vergüenza de cara al barrio.

¿Qué recuerda de 1983?

Es crucial en mi vida. Ruedo la serie Anillos de oro y se emite ese año, yo ya venía de grabar Laberinto de pasiones con Almodóvar pero hasta ese momento no me empezó a conocer todo el mundo y eso me dio mucho miedo. Entonces no existía internet y los impactos venían de la televisión y la prensa. Recuerdo que hice muchos reportajes fotográficos en Vogue y todas las revistas del corazón. Siempre decía que no quería hacer televisión (risas).

¿Y echando la vista atrás?

Yo lo que veía era que tenía un éxito muy rápido. Tenía miedo porque me reflejaba en actores que me gustaban y que les daban más importancia al trabajo que al éxito. Tuve suerte con las primeras películas que hice porque salieron todas buenas. También tuve muchos errores en mi carrera, pero hasta 1987 no empecé a desafinar.

¿Cómo se imagina el final ideal de la serie?

Le he dado tantas vueltas ¡Cómo todos! Mi reflexión iba más por el cuándo que por el cómo, pero el cuándo ya no tiene respuesta. El final debería ser presentado por el narrador y habría que destripar qué ha hecho el narrador y qué es ficción o si lo que han visto los espectadores es una historia real, pero debe cerrar un ciclo histórico como los Episodios Nacionales, de Galdós.

Entonces debería salir Carlos Hipólito.

Creo que sí, porque es el narrador natural. He leído en una nota que al productor le encantaría llegar a 1992, porque se cerraría todo el ciclo desde el franquismo hasta el momento en que España se coloca en el mundo. A mí me dicen eso y sonrío, pero lo mismo me pasó cuando me hablaron de llegar a la muerte de Franco.

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