Borrar
María Teresa Campos, en una foto de archivo.
Eros no es para tanto

Eros no es para tanto

María Teresa Campos asegura que «el amor pasión está sobrevalorado»

Antonio Paniagua

Miércoles, 29 de octubre 2014, 20:09

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«El amor erótico está sobrevalorado». Quien así habla es la periodista María Teresa Campos, quien acaba de entregar a la imprenta el libro Amor, ¿para qué? (Planeta), un libro que está escrito «sin resentimiento». Ni que decir tiene que, durante la presentación del volumen, muchas de las preguntas de la prensa estuvieron dirigidas a tratar de saber algo más sobre su noviazgo con Bigote Arrocet, ahora Edmundo. Sin embargo, la Campos toreó a los periodistas con más arte que Juan Belmonte. Si la presentadora de Qué tiempo tan feliz aduce que su libro no está inspirado por la amargura habrá que creerla. Ella arguye que sus aseveraciones están fundadas en la experiencia. En cualquier caso, lo cierto es que el texto destila melancolía.

Quien compre el libro con el ánimo de descubrir los secretos íntimos de la informadora saldrá defraudado. Teresa Campos no suelta prenda, y menos de Edmundo Arrocet, quien, aunque sigue conservando su mostacho, lo ha desterrado con acierto de su nombre artístico. Desde que Álvaro Pérez, alias El Bigotes, fuera imputado por el caso Gürtel, no está el horno para bollos.

Campos está persuadida de que hay cosas más serias que las pasiones tórridas. Para la estrella de Telecinco, con los embustes románticos, más aún si están adornados por la atracción sexual, se pierde un «tiempo precioso». ¿Qué cosas son más importantes que la pasión lasciva. Muchas, pero solo para empezar, invocó el trabajo y la familia. La Campos apela además a una cita de autoridad. «Como dijo García Márquez: el amor es tan importante como la comida, pero no alimenta», escribe. Sus argumentos son difíciles de rebatir: «Un estómago vacío no hay sexo que lo colme».

Al contrario que Umbral, Teresa Campos no se limitó a hablar de su libro. Tras muchas fintas, se hartó de escurrir el bulto y dio un mendrugo a la prensa rosa. «¿Cuál es el hombre más importante de su vida?», preguntó alguien. «Siempre es el último», dijo ella, sin perder esa sonrisa que, según dijo, le ha costado lo suyo impostar. Fue más allá y se avino a reconocer que el humorista «se había reído con el libro».

La periodista no se anda con rodeos. Lo suyo también es el sarcasmo. Campos vuelve a citar a los clásicos, esta vez a Olga Guillot, quien bordaba aquel bolero que decía: «Sé que tu cariño no es sincero, sé que mientes al besar y mientes al decir te quiero». Esos fingimientos masculinos arrebatados por el amor loco están retratados con tino por un dicho popular que la Campos recupera: «prometer hasta meter».

Ya puesta a desmitificar y decir la pura verdad, la comunicadora apea del pedestal a Picasso, «uno de los mayores genios del siglo XX», sí, pero también un «pésimo ejemplo» en cuestiones amorosas.

A la periodista le molesta que su verbo reivindicativo y vehemente se tome por mal genio. A la mujer que se atrevió a llevar la contraria en directo a Jesús Hermida, le subleva que a los hombres se les llame asertivos cuando dicen lo que piensan y a las mujeres se las tache de bordes por hacer lo mismo.

María Teresa Campos sabe de sobra que sus reflexiones no van a entrar en la historia de los grandes pensadores, y que tampoco van a inflamar las conciencias en estos tiempos de desánimo. Cuando un periodista le preguntó la utilidad de su libro en esta época de corrupción desaforada, la autora fue humilde y reconoció que no iba servir «para nada». «A los políticos les pediría que leyeran más y que robaran menos y a los otros que cultivaran el amor hacia el pueblo que les ha elegido», argumentó.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios